Un mes antes de las elecciones de 2006, dos figuras claves del equipo del entonces candidato Felipe Calderón Hinojosa se reunieron por separado con funcionarios de la embajada de Estados Unidos en México para asegurarles que, de ganar el panista, México sería un "socio más activo" de Washington.
En entrevista con diplomáticos estadunidenses realizada un mes antes de las elecciones de 2006, Luisa María Calderón (hermana del hoy Presidente) lamentó el desempeño de Vicente Fox Foto Marco Peláez
Un mes antes de las elecciones de 2006, dos figuras claves del equipo del entonces candidato Felipe Calderón Hinojosa se reunieron por separado con funcionarios de la embajada de Estados Unidos en México para asegurarles que, de ganar el panista, México sería un socio más activo
de Washington.
“La meta de una administración de Calderón sería encontrar lo que tienen en común terrorismo y seguridad, y narco y seguridad”, dijo por esos días Germán Martínez, entonces diputado federal. Su otra prioridad sería la economía. Estas opiniones fueron recogidas en un cable (06MEXICO3081) de la embajada, fechado el 6 de junio de 2006. En dicho documento se incluyen también las aportaciones de Luisa María Calderón, hermana del aspirante panista a la Presidencia y en esa fecha senadora.
El cable, que lleva la firma del embajador Anthony Garza, expone la decepción de Martínez y Calderón con el desempeño del presidente Vicente Fox y los desencuentros del equipo de campaña con Manuel Espino, en esos días cabeza del Partido Acción Nacional (PAN).
Así, el fracaso de las reformas legislativas propuestas por Fox se debió a que el primer presidente panista se siguió comportando, según Luis María Calderón, como un CEO
(director ejecutivo), que con su carácter demasiado pragmático
pretendía ganar a toda costa
el pulso con el Congreso.
La preocupación de EU por el tema legislativo se expresa en otro cable, titulado: El Congreso mexicano muestra independencia, no eficiencia
(06MEXICO2711). El análisis diplomático, fechado el 20 de mayo de 2006, señala que si bien 75 por ciento de las iniciativas presentadas durante el mandato de Fox han sido aprobadas, se trata de las que tenían menor importancia
.
En el cable se afirma que el Congreso mexicano no aprobó casi ninguna de las reformas estructurales que eran base del programa de Fox y que eran consideradas necesarias tanto por el PAN como por el PRI
.
Eso, según las seguridades que daba a la embajada Luisa María Calderón, no volvería a ocrurir: su hermano tendría un mejor desempeño con el Congreso, pues trabajaría con la oposición sin debilitar al Poder Ejecutivo
.
Tendrá éxito, añadía el entonces diputado Martínez, porque es un político mucho mejor
que Fox.
Alianza con los jóvenes y progresistas
del PRI
Para lograr la mayoría en el Congreso, daba seguridades Martínez a sus oyentes estadunidenses, el PAN confiaba en obtener el apoyo de los gobernadores jóvenes y progresistas
del PRI: Enrique Peña Nieto (estado de México), Eduardo Bours (Sonora) y Eugenio Hernández (Tamaulipas).
Calderón y Martínez ventilaban en privado críticas similares a las que enderezaba la oposición contra Fox, además de expresar su frustración
con el liderazgo de Manuel Espino, entonces presidente nacional del partido gobernante, así como con la influencia de ex priístas en el PAN.
Los dos personajes del primer círculo de Calderón admitían que su partido no tendría mayoría en el nuevo Congreso, aunque confiaban en que aumentaría significativamente su representación.
Martínez estimaba que su partido podía lograr 225 curules en la Cámara de Diputados (al final fueron 206). Así, en una potencial
administración de Calderón tendrían posibilidades de formar una mayoría de trabajo
, en parte gracias a que las bancadas del PRI estarían divididas
.
Según Martínez, el apoyo del dinosaurio
Manuel Bartlett a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador era una prueba de la fractura del PRI. El PRI que conocemos dejará de existir el 3 de julio, víctima de la derrota y de la mala decisión de (Roberto) Madrazo de aliarse con el PVEM
, decía Martínez.
Según el cable, Martínez estimaba que el PRI jugaría el papel clave en el Congreso, aunque sin la fuerza que le daba su unidad en el pasado. Martínez sostenía que desde la ruptura propiciada por la anunciada derrota de Roberto Madrazo la división se había trasladado al Congreso, aunque en el Senado, el liderazgo de Manlio Fabio Beltrones, el hombre fuerte
, garantizaba el control.
Para la hermana del entonces candidato y para el luego presidente del PAN, los temas calientes
de la relación bilateral eran las leyes migratorias de EU y la seguridad fronteriza.
Según ella, si su hermano ganara la Presidencia, impulsaría la reforma a la ley de radio y televisión (en lo relativo a la radio), además de resolver otros cabos sueltos
dejados por Fox.
La sacudida de AN y unos priístas más aceptables que otros
Tanto Martínez como Calderón calificaban de terrible
la gestión de Manuel Espino por varias razones, entre ellas porque el duranguense era capaz de hacer pactos con el diablo
(el PRI).
Martínez informaba que Espino, a quien señalaba como cercano a Marta Sahagún, pisotea los principios del PAN para obtener votos donde sea posible
.
Espino, no Calderón, ha dado prioridad a políticos no panistas que traen votos, no valores, al partido
, añadía la hermana del ahora Presidente.
Los dos informantes citados en el cable confirmaban que las tensiones entre el partido y el equipo de campaña siguen siendo fuertes
. De ahí que, si Calderón ganaba, va a tratar de sacudir la dirección del partido para reflejar mejor sus prioridades
.
Claro, había de ex priístas a ex priístas.
Para Martínez algunos son más aceptables que otros
. Genaro Borrego, por ejemplo, provenía de una familia de panistas
. Luis Téllez, a pesar de su militancia formal, era, para Martínez un tecnócrata que casi es apolítico
. En tanto el ex alcalde de Tlanepantla, Rubén Mendoza Ayala, también ex priísta, había representado un colosal desastre
para el PAN como candidato a gobernador del estado de México.
La entonces senadora Calderón confirmaba a la embajada que Agustín Carstens, miembro del PRI, podría ser el secretario de Hacienda. Dijo que su hermano es suficientemente pragmático para elegir al mejor hombre incluso si no es panista
. Eso sí, aclaraba Luisa María Calderón, su hermano nombraría subsecretarios de su confianza para echar un ojo
a los secretarios que no fuesen miembros del PAN.
Elba Esther quería mucho a cambio
Aparte se cocina el informe que Martínez da sobre la relación de su candidato con la profesora Elba Esther Gordillo. Desinformado o cuidadoso, Martínez confirma los informes de que el equipo de Calderón no está trabajando con Elba Esther Gordillo, presidenta del SNTE, porque ella quería mucho a cambio del apoyo de su sindicato
.
Tres meses antes, sin embargo, el SNTE había recibido a Calderón en un acto privado lleno de elogios mutuos, al tiempo que se establecía un equipo formal de coordinación encabezado por Juan Camilo Mouriño, por el lado del panista, y por Fernando González, yerno de Gordillo. (En julio de 2006, los candidatos a diputados del Partido Nueva Alianza recibieron casi un millón y medio de votos por encima de su candidato presidencial, Roberto Campa.)
En el abanico de temas que tocan los panistas, Martínez se dice decepcionado por el fallo del Instituto Federal Electoral contra el promocional que etiquetaba a López Obrador como un peligro para México
, aunque afirma que la campaña calderonista ya está concentrada en otros temas, especialmente en el debate.
Aunque siempre habla de un triunfo potencial
de su candidato, Martínez adelanta a la embajada que Calderón respetaría la tradición
y permitiría que el general Clemente Vega, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, presentase cinco opciones para su relevo.
¿Qué preocupaba entonces a la campaña de Calderón rumbo al 2 de julio de 2006? Una eventual alianza entre el PRI y el PRD, porque tal confluencia podría provocar disturbios si Calderón gana sólo por un par de puntos
.
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