La visita ayer del dirigente nacional del PRI fue ocasión de diversos señalamientos a la política del gobierno federal. Dice el líder priísta que se han empobrecido 10 millones de personas que antes de este administración federal eran clasemedieros de consumo medio y que eso es consecuencia de su interés primordial, distorsionado podría agregarse, en el tema de la seguridad.
Claridoso, Moreira dijo algo que sabido pero que no sobra se recuerde: el Ejecutivo no tiene idea del problema que implicará a los mexicanos el abandono sistemático a la productividad del campo mexicano y la dependencia casi total de las importaciones. La genética priísta recreó costumbres jamás desaparecidas y aprendidas al vapor por los gobiernos del desastre, el acarreo.
La vehemente crítica partidaria coincide involuntariamente con las observaciones del Banco Mundial en su reporte de Indicadores del Desarrollo. La visión unidimensional del gobierno federal ha hecho que en cuatro años subiera el gasto militar en 44 por ciento, mientras que el de salud se mantiene estancado y el de educación se ha mantenido sin cambios desde 2006. Mientras. Sobra decir que mientras el expendio militar aumenta la pobreza también lo hace pero la seguridad de los ciudadanos no. El gobierno federal ha gastado hasta 64 mil 348 millones de pesos de dinero público que han servido de muy poco o nada, pero que han sumergido al país en su peor crisis institucional y de viabilidad desde los desgarres de la prolongada guerra revolucionaria y sus extensiones de estabilización.
Mientras esto sucede, el presidente Calderón sugiere dirigir los reclamos ya no a la delincuencia sino a los políticos de doble discurso. A todos, a quien sea excepto a él que es el responsable de una hecatombe que por cantidades e irracionalidad alcanza la categoría de genocidio.
Bienvenidas las observaciones del dirigente priísta, aunque nunca sobra diferenciar el discurso electoral de las realidades de la acción y negociación política PRI panista. El PRI en el Senado impulsará al regreso de vacaciones una reforma laboral en la que el PAN pueda estar de acuerdo. Baste recordar que a mediados de la semana el dirigente nacional panista, Gustavo Madero, consideró que aunque la iniciativa de su partido es “mejor” llamó a los senadores del tricolor a aprobar “aunque sea la iniciativa acotada que presentaron”.
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