IFE: Teleconsejera
que no admite regateos políticos o de cualquier índole. Al inaugurar una subestación de la Comisión Federal de Electricidad en Chemax, Yucatán, subrayó que la pobreza se combate con hechos, no con palabrasFoto Notimex
Los culpables y, al mismo tiempo, grandes beneficiarios del colapso político mexicano se afanan en generar una reforma legislativa que, a como se ven las cosas, solamente acabará siendo un ofensivo parche mal puesto y una demostración más de que ni siquiera en su etapa de mayor crisis el sistema político vigente es capaz de generar alternativas inteligentes, modernas y eficaces para su sana renovación.
Es explicable que a lo más que estén llegando los senadores encargados de la ínfima reforma política sea a un remedo de solución. Para empezar, el bando priísta senatorial, coordinado por Manlio Fabio Beltrones, está en desventaja aparentemente irreversible respecto al expansivo grupo que tiene a Enrique Peña Nieto como virtual candidato presidencial, y ese desequilibrio en las filas del partido de tres colores se está reflejando en los procesos de aprobación de iniciativas legislativas, pues los diputados y los gobernadores alineados con Toluca cierran el paso (o disminuyen o estancan), cada vez de manera más abierta y brusca, a las propuestas identificadas con el senador sonorense. Y justamente uno de los proyectos más largamente cincelados por el bando beltronista es el de la zanahoria llamada reforma política, entendida ésta como suerte de traje a la medida de las pretensiones presidenciales del autor e incluso como una especie de pasaporte decoroso al sexenio venidero si el ex gobernador norteño no llegara a Los Pinos ni su partido.
Pero hoy, en las circunstancias actuales, los planteamientos de reformismo limitado no tienen impacto real, entre otras cosas porque el tejido social y cívico ha sido concienzudamente dañado por la clase política abusiva, frívola y corrupta y porque los procesos políticos y electorales están sujetos a una lógica distinta, la de las armas, tanto las gubernamentales (policías, soldados y marinos) como las de los narcotraficantes (en su relación ambivalente y fluctuante con el poder: a veces confrontados, a veces a su servicio). Cada vez menos gente cree en la viabilidad de lo político y lo electoral, y cada vez hay menos respeto, en general, por el oficio político y sus resultados. A ello se añade el hecho de que la iniciativa de reforma política actualmente a discusión en el poder legislativo federal es engañosa e insuficiente, calculada para aparentar avances y concesiones, pensada para preservar privilegios e incluso inaugurar una casta de diputados y senadores con derecho a ciertas elecciones consecutivas.
Peor resulta el panorama si se toma en cuenta que los supuestos ánimos de reformismo democrático tienen como siniestro telón de fondo el intento de dotar al actual ocupante de Los Pinos de facultades discrecionales para decretar virtuales estados de excepción y utilizar a las fuerzas armadas para enfrentar lo que a su personalísimo juicio constituya una alteración de la paz o un problema de índole política, electoral o laboral.
Esa pretensión dictatorial es de una gravedad extrema, pues en los hechos significará la supresión de derechos, garantías y libertades, de tal manera que los placebos reformistas en materia electoral quedarán convertidos en nada si se aprueba la pretensión mayor, la del virtual golpe calderonista que según eso habrán de apoyar los diputados priístas, dominados por el peñanietismo, en intercambios mafiosos de favores que al partido tricolor reportará la cancelación o la no utilización de expedientes criminales relacionados con el narcotráfico, correspondientes a algunos de los ex gobernadores priístas recientes, que además de prometer a Peña Nieto un caudal de votos en sus estados (a conseguir haiga de ser como haiga de ser) son también sus financistas comprometidos.
La dimensión nefasta del tianguis legislativo en curso se manifiesta también en la pretensión priísta de que, a cambio de aprobar la nueva normatividad en materia de seguridad nacional (el golpe felipista), los panistas den su voto en favor del hasta ahora pospuesto plan tricolor de hacerse de dos de las tres consejerías del IFE que están pendientes de designar, y que en una de ellas quede Arely Gómez, hermana de un vicepresidente de Televisa, empresa que así ampliaría su fuerza política hasta el mismo ámbito de organización y realización de los próximos comicios.
Astillas
Desde Cocoyoc, Morelos, el doctor Leonardo Moctezuma comenta: “la beatificación de Juan Pablo II con carácter exprés es una farsa, y farsantes serán los que se presten a ello: la jerarquía católica necesita ‘nuevos productos’ para mantener el clientelismo fanático y ávido de nuevos ‘santos’ para adorar, los creyentes simplemente deben tomar referencia del texto bíblico que indica claramente que ‘sólo hay un mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, su hijo’”...
El sicoanalista José Antonio Lara Peinado escribe: San Fernando y sus fosas clandestinas, donde han aparecido 145 cadáveres, son la radiografía de un México preso entre los desequilibrios de la clase gobernante y el cinismo de la televisión. La aparición del fantasma paranoico en la clase gobernante y los delincuentes ha desatado desesperados actos histriónicos que van del aparente enojo hasta la victimización hipócrita de lo que está pasando. Declaraciones propias del discurso esquizofrénico son el pan cotidiano de los discursos, juegos de palabras y aparentes enojos combinados con sonrisas sarcásticas son parte del paisaje político cotidiano de este país. En el colmo de la fantasía perversa, los muertos son convertidos en meras estadísticas, en parte de las encuestas y, como dato para campañas políticas, se sostiene el discurso de la confrontación y de la guerra, como si los muertos, las pistolas y las balas fueran de juguete. Delincuencia y gobierno, completamente desequilibrados y en medio de una locura de dos, sostienen su fantasía apoyándose mutuamente
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Y, mientras los subordinados mexicanos son citados a Washington este viernes para arreglar asuntos sangrientos del traspatio, ¡hasta mañana, con la novedad de que ya ni expediente hay en Guerrero del asesinato de Armando Chavarría!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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