En el acto, realizado en el “Salón Manuel Ávila Camacho” de la residencia oficial de Los Pinos, Calderón dijo haber aceptado la renuncia de Fernando Gómez Mont, como secretario de Gobernación, tras culminar una etapa en la que se enfrentaron “fuertes desafíos” en materia de seguridad pública y en la búsqueda de privilegiar el diálogo con las fuerzas políticas de distintas ideologías.
“El servicio público es un compromiso que se ejerce desde distintas trincheras. Termina el encargo, pero no el compromiso con México”, dijo Gómez Mont al despedirse, sonriente, quien regresará a partir de mañana al prestigiado bufete Zínser-Esponda-Gómez Mont.
“El futuro y Dios dispondrán desde donde me corresponde ejercerlo, siempre al lado de Gloria (su esposa) y de María José (su hija)”, enfatizó el ahora exsecretario de Gobernación, quien es amigo del panista Diego Fernández de Cevallos, quien hoy cumple dos meses de haber sido secuestrado.
Calderón, quien no estaba tan sonriente, refirió que el trabajo de Gómez Mont fue “fundamental” para el país al impulsar el encuentro entre las fuerzas políticas, así como para promover los valores de la democracia y la legalidad.
“Supo privilegiar el diálogo y el respeto a las opiniones de los demás por encima del conflicto y lograr que prevaleciera el interés de la nación por encima de los intereses personales o de grupo”, afirmó Calderón.
Gómez Mont fue blanco de críticas luego de que se supo la existencia de un documento en el que se había comprometido con el PRI a no encabezar alianzas de cara a las 14 elecciones de este año, hecho que finalmente motivó su renuncia al Partido Acción Nacional (PAN).
Su lugar será ocupado por Francisco Blake Mora, uno de los amigos de Calderón que aún no había sido incorporado al gabinete y que hasta ayer era secretario de Gobierno en Baja California.
Antes de que tomara protesta de su nuevo cargo, Calderón encargó a Blake Mora encarar la lucha contra el crimen organizado, a fin de fortalecer la Estrategia Nacional de Seguridad Pública como una política de Estado.
También le encargó fortalecer y revisar las reglas de participación política y electoral para “la convivencia democrática”, asunto pendiente a discutirse en el Congreso de la Unión.
El otro ajuste fue en la propia residencia oficial de Los Pinos. Patricia Flores dejó de ser la jefa de la Oficina de la Presidencia, y su lugar será ocupado por el hasta hoy secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos.
Gerardo Ruiz ya había sido encargado de ese mismo despacho tras el accidente aéreo en el que murió Juan Camilo Mouriño.
En su discurso, Calderón instruyó a Ruiz Mateos a rediseñar los mecanismos internos para cumplir con mayor eficacia las tareas de comunicación, relaciones públicas y de seguimiento de los programas prioritarios.
En el acto, Patricia Flores tenía el rostro desencajado, respiraba hondo y pasaba continuamente saliva. Ella, la segunda de abordo en la casa presidencial, fue parca en su adiós al agradecer la oportunidad que tuvo para servir a México y le deseó buena suerte a su sucesor, ya que ese cargo no admite “ni desmayos ni pausas”.
En su oportunidad, el nuevo secretario de Economía, Bruno Ferrari García de Alba, quien estaba al frente de Proméxico, dijo que el compromiso para la última parte del sexenio será lograr un crecimiento sostenido, más acelerado, y para generar los empleos formales que permitan mejorar la calidad de vida de los mexicanos.
En este marco, Calderón comentó que estos cambios les permitirán seguir adelante con los esfuerzos de transformación.
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