viernes, 6 de agosto de 2010

Fidel Samaniego,..El recuerdo es vago, pero está conmigo

Soplaba muy fuerte el viento, caminábamos con dificultad.

En algún momento, Nacha, la chica que nos ayudaba en la casa, soltó la mano de mi hermano Arturo y él se fue empujado hacia atrás unos centímetros por lo que entonces conocí como El Norte, que para mí se me hizo algo así como un coloso, un gigante que soplaba y soplaba.

Veracruz.

¿Ahí fueron las primeras vacaciones?

Les digo, no lo recuerdo con exactitud, yo tendría como cinco años de edad.

Estuvimos en Alvarado, junto al río. Comíamos. Llegaron unos jaraneros, tocaron La Bamba, mi hermano Felipe que tenía tres años y yo nos paramos a bailar.

Sin embargo, el momento que quedó grabado en mí, como aquel en el que conocí el mar, no es de Veracruz, sino de Acapulco.

Llegamos por la noche, en un Flecha Roja. De la estación a la casa de mi Tía Andrea, que no era mi tía, es más, ni la conocía. Fué a partir de entonces cuando comenzamos a darle ese trato. Ella había sido compañera de mi papá en la Escuela Nacional de Maestros, la Normal.

Después regresó a tierras acapulqueñas y puso una casa de huéspedes. Vivía con El Choco, por chocolate, morenísimo, costeño. Tenían dos perros boxers. El cocinero se llamaba Belén, entonces no se les decía gays, sino de otras forma que el profesor Samaniego nos tenía prohibidísimo decir.

Y fue esa noche cuando cruzamos la costera, allá por Hornos, la playa, y me encontré con el mar, con su rugido o canto o voz o lo que fuera. Nos adentramos en sus aguas un poco, de la mano de mi papá y de mis hermanos y con la angustia de mi mamá.

Otras vacaciones de aquellos años, hace ya medio siglo... a Guanajuato, y de ahí a San Juan de Los Lagos y de ahí a Guadalajara.

Pasaron los años, como adolescente y jovenazo fui a Acapulco constantemente, mi tía, la hermana de mi papá vivía allá con su esposo que era el jefe de la torre de control del Aeropuerto.

Nos pasábamos qué digo días, semanas por allá.

En una ocasión, después de desayunar me fui con mi primo a la playa, nos metimos al mar, cuando salimos ya no estaban ni los pantalones ni los tenis. Descalzos caminamos las tres cuadras que se me hicieron eternas hasta el departamento.

Vacacionar.

Ya adulto, con Oly y los niños. Cancún, Huatulco, Nuevo Vallarta, poco a Acapulco, Mérida, Veracruz, además de las salidas del país.

Prefiero estar en la playa o junto a la alberca leyendo, tomando el sol, y ya en la tarde salir a caminar, a pasear.

Relajarnos.

Pero antes, enajenado, no podía dejar de leer los periódicos, de ver los noticiarios.

Ahora sí, estoy atento a lo que ocurra. Y en el caso del blog, pues lo atiendo en cuanto a sus comentarios, busco responder, les tengo presentes. Sin embargo, se trata de descansar, de convivir, de compartir.

¿Y ustedes que recuerdos guardan de sus primeras vacaciones, adónde, con quiénes fueron?

¿Y ya adultos, como papás, a qué lugares les gusta ir?

Viernes que te quiero viernes.

Vamos pues a platicar.

Y a partir del lunes... ¡vacacioooneeeeees!.

(+)Fidel Samaniego


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