ALIADOS. Luis Donaldo Colosio, Ernesto Zedillo, Carlos Salinas de Gortari y Manuel Camacho Solís, en 1993 (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
A 17 años de la muerte de Luis Donaldo Colosio, personajes del primer círculo del sonorense se mantienen en la lucha por el poder, algunos sumados a los más feroces detractores del priísmo, otros refugiados en la academia, pero coqueteando con la izquierda, y algunos más leales a un “nuevo” tricolor. Andrés Manuel López Obrador aglutinó en su primer círculo a las cabezas de dos equipos que en 1994 se disputaron la candidatura presidencial del PRI, y que con la muerte de Colosio Murrieta rompieron con el priísmo y se ubicaron en la marginalidad. Pero en 2006 regresaron. El entonces candidato presidencial del PRD tomó varias decisiones; convertir en estrategas —algunos los llamaron “los generales de López Obrador”— de su campaña al amigo y al adversario de Colosio: Alfonso Durazo y Manuel Camacho Solís. El equipo de López Obrador sostiene que cuenta con el respaldo absoluto de Durazo y de los colosistas; y Manuel Camacho, quien es el coordinador de los tres partidos de izquierda aglutinados en el Dia, mantiene la cercanía con Ebrard quien desde el GDF construye su proyecto hacia 2012. Pensamiento colosista Para los politólogos José Fernández Santillán y Lorenzo Córdova, una parte del pensamiento de Colosio está presente en la batería ideológica de López Obrador y que empuja apoyado en su Movimiento de Regeneración Nacional, pero ni Durazo ni Camacho fueron determinantes para eso. Antes de que el amigo y el adversario de Colosio se convirtieran en dos de los “generales” de López Obrador en 2006, intentaron construir su propia historia. Camacho fundó en el 2000 su partido —el PCD— y quiso ser candidato presidencial y Durazo fue el secretario particular de Vicente Fox. Lorenzo Córdova, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, dice que “es forzado” pensar en líneas de continuidad entre el discurso político de Colosio y el de López Obrador, pues en este momento el país es muy distinto al de hace 17 años. “Lo que hay en medio entre el país en el contexto en que muere Colosio y el de hoy, es un país radicalmente distinto donde los fenómenos democráticos y todas las consecuencias que ellos suponen hacen una diferencia fundamental, la falta de mayorías redefinidas en los congresos, la alternancia como un fenómeno real, la competitividad electoral y la redefinición de los partidos políticos, el contexto es radicalmente distinto. “Que hoy haya figuras cercanas a Andrés Manuel López Obrador, que ayer estuvieron cerca de Colosio Murrieta, es más producto de las múltiples consecuencias de un cambio político muy profundo que operó en el país en estas casi dos décadas y no una continuidad o una casualidad de tinte ideológico entre Colosio y López Obrador”, explica. Agrega que si se compara la batería ideológica de López Obrador y el pensamiento de Colosio Murrieta “salvo algunos puntos de contacto, pero algunos nada más, son visos de continuidad con el pensamiento de Colosio, que se plantea como una alternativa radical a una política pública”. Líneas continuas Para José Fernández Santillán, director del Centro de Investigaciones en Humanidades del Tecnológico de Monterrey, López Obrador “bien haría” en dar continuidad al pensamiento del extinto candidato presidencial del PRI en 1994. “El Nuevo proyecto de Nación, que presentó el fin de semana, recoge algunas líneas del pensamiento de Colosio. Están ahí los planteamientos que hicieron Arnaldo Córdoba, José María Pérez Gay, los que hizo Enrique González Pedrero, el propio Víctor Fuentes Olea, que conocieron las líneas de orientación de Luis Donaldo Colosio y Jesús Reyes Heroles. “Estos intelectuales conocen bien el pensamiento de Colosio, y fue una línea alternativa al salinismo y desgraciadamente fue truncada por la violencia, pero cada vez que se ha querido enderezar al país hacia una línea no neoliberal, más de carácter social para nuestro tiempo, no populista, los que he mencionado lo conocen perfectamente”. De Manuel Camacho, el académico rechaza que, pese a haberlo estado hace casi seis años, hoy se encuentre en la cercanía de López Obrador, pues la construcción de alianzas electorales con el PAN en 2010 tuvieron en él a uno de sus artífices. Hay otros dos colosistas que en los últimos meses se incrustaron en la escena nacional. La primera es Cristina Díaz, la nueva secretaria general del priísmo, quien apuesta por reivindicar el pensamiento político y social de Colosio. El otro es Agustín Basave, alojado en la academia y que en 2009 fue visto muy de cerca con el entonces presidente nacional del PRD, Jesús Ortega. Basave, junto con Luis Donaldo Colosio Riojas dirigen la firma de abogados Basave-Colosio-Sánchez. El pasado mes de febrero, Colosio Riojas criticó a la Fundación Colosio del Partido Revolucionario Institucional, a la que calificó de “hipócrita” y de aprovecharse del nombre de su padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario