domingo, 30 de mayo de 2010

Veracruz Periodismo - José Miranda Virgen, ¿accidente o crimen?

Autor: Ana Lilia Pérez
Sección: Ocho Columnas
Tamaño de texto:
a- A+ Default
30 Mayo 2010

http://contralinea.info/archivo//2010/mayo/184/fotos/jose-miranda/principal.jpg

El periodista desnudaría la colusión oficial con el narcotráfico, así lo había anunciado, pero un incendio en su departamento, que quemó el 98 por ciento de su cuerpo, le segó la vida. A ocho años, la muerte del columnista José Miranda Virgen es, como otras muertes de comunicadores, un asunto pendiente


Veracruz de Ignacio de la Llave. Viernes por la madrugada. Un estruendo hace estallar en mil pedazos los cristales de las ventanas. El impacto se confunde con el ruido del último ajetreo de los antros que recién cerraron sus puertas, y con el de las olas al romperse en espumosa marejada al rozar la playa. Boca del Río es una ciudad que no duerme; aquella madrugada, la del 11 de octubre de 2002, menos.

Antes de las seis de la mañana, por el bulevar que comunica Boca del Río con Veracruz, se escuchó el ulular de las ambulancias que conducían al periodista José Miranda Virgen y a otras tres personas al Hospital General. Por la gravedad de sus quemaduras, Miranda sería trasladado vía aérea a la ciudad de México e ingresado en el área de terapia intensiva del Hospital ABC. El 98 por ciento de su cuerpo tenía quemaduras de segundo y tercer grado.

Sobre la blanca cama del hospital, agonizó durante cinco días al cabo de los cuales lanzó su último suspiro. Su muerte significó el primer deceso de un periodista en el estado de Veracruz en esta década. Entre la versión oficial, difundida por las instancias de gobierno, de que se trató de un accidente y los indicios de que la explosión fue provocada, transcurridos ocho años, la verdad sobre la muerte de Miranda Virgen es otro caso no resuelto. Las autoridades abonaron a la sospecha, pues nunca hicieron investigación alguna.

En busca de mayor claridad sobre el caso, Contralínea entrevistó a los jefes, colegas, amigos, colaboradores y familiares de José Miranda. Las pesquisas obtenidas apuntan a que pudo tratarse de un atentado para evitar que el periodista ventilara los vínculos de funcionarios y políticos locales con la delincuencia organizada.

José Miranda fue uno de los periodistas con más presencia en la prensa veracruzana. Se formó como reportero en las redacciones de la ciudad de México, en las épocas del presidencialismo imperial, en las cuales tuvo derecho de picaporte en Los Pinos, desde José López Portillo hasta Carlos Salinas de Gortari. Cuando volvió a su natal Veracruz, se integró a la directiva de numerosos rotativos; luego fue jefe de prensa del gobierno de Miguel Alemán Velasco, y durante varias décadas publicó su columna El espejo del poder, la de mayor influencia en la entidad. Todo ello combinado con la docencia.

http://contralinea.info/archivo//2010/mayo/184/fotos/jose-miranda/ma-guadalupe.jpg“¿Quieren tener indicios sobre la muerte de José Miranda? Sólo hay que revisar las últimas columnas que publicó”. El de la voz es Raymundo Jiménez, el principal pupilo de Miranda Virgen, convertido hoy en uno de los periodistas con mayor credibilidad y reconocimiento en Veracruz con su columna Al pie de la letra.

La información que Miranda Virgen difundió en su Espejo del poder los días previos a su muerte está íntimamente relacionada con las razones por las cuales ni el gremio periodístico ni la opinión pública aceptaron que el incendio en su casa fuera un accidente. En cada entrega periodística, comenzó a ventilar el involucramiento de “las mejores familias” de Veracruz con el narcotráfico y la colusión con funcionarios del gabinete estatal. Los señalamientos apuntaban tanto a jefes policiacos como al propio gobernador Miguel Alemán.

Amigo y colaborador, tan cercano como fue Miranda Virgen de Miguel Alemán, cualquier información que hiciera pública respecto de los entretelones de la casa de gobierno tendría serias consideraciones.

Miranda era un periodista meticuloso tanto en su trabajo como en su vida personal. Invariablemente, de lunes a miércoles vivía en su casa de Jalapa y el resto de la semana, en su departamento de Boca del Río.

La noche del 10 de octubre estuvo en El Kachimba (un exclusivo antro propiedad de Abelardo Coello, cuñado de Jon Rementeria, edil de Veracruz) charlando con varios amigos. El lugar era concurrido por la crema y nata de la política estatal, empresarios, juniors y algunos de los nuevos ricos emigrados de Sinaloa, Tamaulipas y Chihuahua, que hacía unos años arribaron a esa parte del Golfo para levantar residencias y departamentos de ensueño con fortunas de dudoso origen. En menos de una década, convertirían Boca del Río en uno de los municipios más “prósperos” del país, cuyos centros comerciales ofrecen lo mismo joyas Cartier que yates y veleros, automóviles Land Rover y Jaguar.

En su mesa, entre el compás de la salsa y música cubana que por las noches se toca en El Kachimba, Miranda detallaba a sus acompañantes que en los siguientes días publicaría las operaciones que subrepticiamente realizaba la agencia antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) en Veracruz, ante la colusión oficial con el narcotráfico, explica a Contralínea una fuente que pide el anonimato.

Ninguno de los allí presentes dudó de su palabra. A José Miranda no le temblaba la pluma para publicar información espinosa, avalada por su impecable trayectoria de 40 años en el ejercicio profesional, amén de su acceso a numerosas fuentes de información de alto nivel, entre ellas mandos de inteligencia militar que desde la ciudad de México frecuentemente le hacían llegar información. Fue por dichas fuentes que obtuvo datos fehacientes del trabajo de la DEA en el estado, que ese año derivaría en la detención de algunos cerebros financieros e importantes terratenientes del cártel de Juárez.

Miranda aludió también a las relaciones del gobernador con su peculiar vecino del fraccionamiento Costa de Oro, allí mismo, en Boca del Río: el sinaloense Jesús Albino Quintero Meráz, alias Don Beto, cabeza del cártel de Juárez en el Golfo de México. Pasada la medianoche, salió del lugar rumbo a su departamento.

El parte de los servicios periciales indica que hacia las 5:10 horas, cuando José Miranda se disponía a preparar café, se produjo una explosión por fuga de gas; sin embargo, los daños más considerables por la detonación y el incendio se registraron en el área de la estancia y no en la cocina.

El periodista José Robles, director del corporativo Imagen, exjefe de José Miranda, refiere la versión de un testigo que dijo haber visto cuando alguien arrojó un artefacto explosivo hacia el departamento de Miranda. “Cuando quisimos entrevistarlo, se negó a hablar, así que pensamos en dos posibilidades: o lo inventó o lo compraron”.

En los días en que permaneció hospitalizado, de su departamento fue extraída su computadora. Antes tales indicios, desde que ocurrió la explosión, sus compañeros y los colegas agremiados en la Asociación de Periodistas de Veracruz denunciaron que Miranda fue víctima de un atentado, por lo que pidieron la intervención de la Procuraduría General de la República (PGR) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Las organizaciones nacionales e internacionales de defensa de periodistas y libertad de expresión también pusieron en tela de juicio la versión oficial. Incluso, el secretario general de Reporteros Sin Fronteras, Robert Ménard, envió una misiva al entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, para que se indagaran las circunstancias en las que murió el periodista “sin descartar ninguna pista”. Por parte del gobierno federal, no hubo pronunciamiento alguno; por parte del local, las declaraciones del procurador de Justicia del Estado, Pericles Namorado Urrutia, insistieron en que “la explosión fue un accidente provocado por una fuga de gas”.

En busca de las pistas que al equipo de Contralínea lanzó Raymundo Jiménez, este semanario se trasladó a la hemeroteca del periódico Imagen, propiedad de la familia Robles, donde Miranda Virgen trabajó como vicepresidente corporativo y columnista.

Entre los tomos empastados que agrupan los ejemplares por periodos mensuales, se encuentra el correspondiente al mes de octubre de 2002. El viernes 11, la mañana del accidente, apareció la que sería la última columna que José Mirada escribiría. Su contenido es elocuente:

“Drogas de Veracruz, las mejores familias…

“Por lo que se ve las drogas agobian a Veracruz lo mismo las bancarias que las que se fuman, se ingiere, se aspiran o se inoculan. Para las primeras no hay remedio, por lo tanto seguiremos endrogados más y en cambio para las segundas tampoco. Cuando menos no hay remedio casero, eso es ‘de casa’, por eso la DEA decidió establecerse aquí en territorio veracruzano una vez que este pasó a formar parte importante del mapa del narcotráfico a nivel internacional, por más que el sector oficial pretenda ilusamente tapar el sol con un dedo, sea por inocencia o por complicidad.

“Y si la DEA tomó la decisión de establecer oficinas en nuestra geografía es porque Veracruz está penetrado por el narcotráfico, incluso infestado, y si está penetrado o infestado para el caso es lo mismo, es porque los narcotraficantes vieron o se les dieron las facilidades necesarias para el tráfico, y si hubo facilidades para el tráfico es porque las autoridades policiacas locales a su vez dieron facilidades para la distribución y consumo, así de sencillo.

“No hay porque andarse quebrando la cabeza para llegar a esta conclusión, por más que traten de ocultarlo tapando el sol con un dedo, por más que juren o perjuren que no hay tráfico de estupefacientes y por más que se curen en salud hay jefes policiacos que están metidos hasta el cuello en cuestiones de tráfico y distribución de enervantes, es más, lo juramos, ¿pero por qué no lo anterior?

“Cierto secretario nos vaya a salir con su cantaleta estúpida esa de ‘pos ándale manito presenta la denuncia’. Torpe, como si fuera ese el oficio del periodista, como si el periodista no tuviera su propia tribuna de denuncia que es el medio para el que trabaja con el respaldo de sus jefes. No habría incluso necesidad alguna de presentar denuncia, ya se encargará la DEA y el Ejército Mexicano de darle todos los pormenores a la PGR para que actúe en el momento que considere oportuno, y ella si la PGR presentar la denuncia porque a ella si le corresponde, porque cuando menos esto no se va a quedar así gracias al Ejército y lamentablemente a la DEA, que tuvo que enviar a sus agentes a Veracruz porque la cosa aquí está que arde en ese terreno. Ni modo pues” (sic).

http://contralinea.info/archivo//2010/mayo/184/fotos/jose-miranda/jose-miranda.jpg

Mas...

No hay comentarios:

TAMALIN, EL GABINETE DEL CACIQUE...

ANDRES RAMOS REYNO – PRESIDENTE Va por su segunda Administración en el Municipio, como  Pedro Garcés Marcial y Lerdo Ferrer; han gobe...