La Fauna Política en las elecciones... la chiva, el títere, los pistoleros.. etc

Luis Velázquez

04 de junio de 2013

A partir de hoy, en Veracruz, será creada la Secretaría de la Fauna Política donde los funcionarios serán conocidos en base a sus apodos, sobrenombres, hipocorísticos, anexos, conexos y similares.

La decisión ha sido tomada en base a la iniciativa de la ley “Zeferino Tejeda” de modificar en el Instituto Electoral de Veracruz que en las boletas electorales aparezcan los sobrenombres, hipocorísticos o apodos con el que son conocidos públicamente los candidatos a un cargo de elección popular, pues está visto y comprobado que de norte a sur de la tierra jarocha, como sucede en el resto del país, los apodos han terminado adueñándose de cada cristiano.

Pero más aún. La ley “Zeferino Tejeda” ha sepultado por completo la Ley Melchor Ocampo, que creara el registro civil en el país, teniendo como base el puerto jarocho, donde Benito Juárez asentara a su hija.

Incluso la ley “Zeferino Tejeda” ha evidenciado al director del Registro Civil, Rafael Valverde Elías, quien igual que Melchor Ocampo tampoco nunca, jamás, se casó; entregaron sus vidas a legalizar el estado civil de los mexicanos.

Pero con la ley “Zeferino”, se ha establecido un parteaguas, y todo indica que el Registro Civil desaparecerá para dar entrada a la Secretaría de la Fauna Política.

Es más, de cara a la historia, el ideólogo electoral del CDE del PRI basó su gran iniciativa en la enseñanza bíblica de Jesucristo cuando a sus apóstoles Juan y Jacobo los llamara “Boanerges”, que en arameo significa “Hijos del trueno” (Marcos 3:17).

Desde luego, se trata de un acierto político y estratégico para que el PRI pueda, quizá,  remontar en la elección del 7 de julio y amarrar más candidatos.

Según el biógrafo de Zeferino Tejeda, la iluminación de la propuesta le vino, como a San Pablo en el camino a Dámasco, cuando le hicieron notar que Ana Guadalupe Ingram Vallines, candidata priista a diputada local por el distrito de Veracruz urbano, pasó de su nombre de pila a su apodo “Anilú” pero, apenas iniciara la campaña, el sobrenombre de “Anilú” ha cambiado por “Anilucas”.

Y, por tanto, había de anteponer un dique antes de que peores cosas sucedieran con el hipocorístico, nombre que, en forma diminutiva, abreviada o infantil, se usa como designación cariñosa, familiar.

Por eso es que el Instituto Electoral de Veracruz, con la maestra de todos los tiempos, Carolina Viveros, aceptó de inmediato la Ley “Zeferino Tejeda”.

Una ley que ha sometido a una debacle sin paralelo a la ley “Melchor Ocampo”.

Lástima, sin embargo, que Tejeda Uscanga haya nacido en la segunda mitad del siglo XX, pues en el primer tramo de aquel siglo antes hubo demasiado, excesivo material humano para designar por sus apodos a los candidatos priistas a un puesto de elección popular.

Entre ellos, los siguientes…

APODOS DE EXGOBERNADORES

Muchos más votos hubieran, por ejemplo, levantado algunos candidatos priistas a la gubernatura si en la boleta sus apodos, con sus fotos, estuvieran en el primer plano:

-En vez del nombre de Rafael Hernández Ochoa, su apodo, “El charro”, y/o “El piporro”.

-En vez del nombre de Rafael Murillo Vidal, su apodo, “El chocho”.

-En vez del nombre de Fernando Gutiérrez Barrios, “El chulo”, y/o “El jaranero”.

-De Dante Delgado Rannauro, “El canoso” y/o “El caballo loco”.

-De Patricio Chirinos Calero, “Resortes” y/o “¡Ay, mamachita!”, y/o “La ardilla” porque pasó el sexenio en Los Pinos con Carlos Salinas.

-De Miguel Ángel Yunes Linares, candidato panista a la gubernatura en 2010, “El chuky”.

¡AY, LA CHIQUITITA!

Claro, de acuerdo con la ley “Zeferino Tejeda”, otros políticos de Veracruz hubieran corrido mejor suerte en las urnas con sus apodos en la boleta electoral.

Por ejemplo:

Jorge Uscanga Escobar, vocal ejecutivo del programa de Seguridad Pública de Veracruz, ‘’La chiquita’’, porque en aquellos tiempos siempre fue el único que hablaba ‘’al chile’’ a Dante Delgado Rannauro.

Manuel Ramos Gurrión, exsenador de la república, exlíder priista, exdirector del IPE, asesor de Erick Lagos, “El Memín Pinguín”, por su aparecido con el personaje de Yolanda Vargas Dulché.

Guilermo Zúñiga Martínez, exalcalde de Xalapa, rector intergaláctico de la UPAV, el “Ahí madre”, y/o también ‘’Mi polivoz’’.

Rubén Gallegos Vizcarra, magistrado del Tribunal Agrario en Veracruz, exprocurador de Justicia, “Beto el boticario” por su gran parecido físico al cómico actor.

Flavino Ríos Alvarado, exsecretario General de Gobierno en el alemanismo, diputado local, “Flavindio”.

LA SERIE DE “LOS RATONES”

Desde luego, la secretaría de la Fauna Política en Veracruz tendría, por lo pronto, un debate interno para definir una serie de apodos, todos alrededor del mismo sobrenombre, a saber, ‘’Los ratones’’.

“Joseratón”, el expanista, ahora priista, José Ramón Gutiérrez de Velasco, extesorero municipal y ex alcalde jarocho.

“El ratón vaquero”, René Tronco Gómez, exalcalde de Las Choapas, y candidato priista a la diputación local por el distrito de Coatzacoalcos rural.

“El ratón Miguelito”, su hermano Miguel Ángel Tronco Gómez, candidato a la alcaldía de Las Choapas.

“El ratón de Tenenexpan”, Efrén López Meza, exalcalde jarocho a quien persiguiera por cielo, mar y tierra el gobernador Patricio Chirinos Calero acusado de peculado y, como buen ratón, se le escapó.

LA FAUNA DE COATZACOALCOS

En la lista de la Secretaría de la Fauna Política jarocha también entran otros apodos de renombre:

-“La chica esmeralda”, Marcelo Montiel Montiel, secretario de Desarrollo Social, el autor del programa ‘’Adiós a la pobreza’’ en Mixtla de Altamirano y Tehuipango, con ideas originales que ni siquiera han ocurrido al Fondo Monetario Internacional ni al Banco Mundial.

-“El Chabelo”, Marcos Theurel Cotero, alcalde de Coatzacoalcos, y su esposa, Guadalupe Porras, “Chabela”, candidata priista a la diputación local, desde que ambos tuvieran la ocurrencia genial de treparse a unas sillas de ruedas como discapacitados para llegar al palacio municipal e inaugurar un elevador.

-Iván Hillman Chapoy, exalcalde de Coatzacoalcos, delegado federal de la CONAGUA, apodado ‘’El mongol’’.

-“Las panteras”, Juan Hillman Jiménez, exalcalde de Coatzacoalcos, exdiputado local, exlíder de la CNOP, y su examigo, exsocio y exaliado Francisco Montes de Oca, exlegislador y exsubsecretario de Gobierno.

-Leandro Rafael -“El pájaro” García Bringas, expanista, cuyo significado estaría por definir la Secretaría de la Fauna Política.

-Otros apodos de renombre en Veracruz son, por ejemplo:

-“El buitre”, Adalberto Tejeda Patraca, exalcalde jarocho y exdiputado local.

-“El monstruo”, Adán Sanromán, exdelegado local de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

-“El toma-todo”, Gustavo Arróniz Zamudio, dos veces alcalde de Cosamaloapan y exdiputado local, porque a la hora del reparto de los bienes se quedaba con todo.

‘’EL CARA DE FOCA’’, EL MÁS PINTORESCO

-“El cara de foca” (el otro Dámaso Pérez Prado), Alejandro Dávila Vera, el ex agente del Ministerio Público que coleccionaba tantos aparatos eléctricos en su departamento que todo mundo caminaba de puntillas, ex amigo de Miguel Ángel Yunes Linares, extesorero municipal de Tuxpan y secretario particular del presidente del Tribunal Superior de Justicia.

-“Capulina”, Tomás Carrillo Sánchez, delegado federal del Instituto de Migración.

-“La molleja”, Moisés Herrera Beltrán.,

-“El sheriff”, José Luis Sáenz Escalera, exagente del Ministerio Público y jefe policiaco.

-“La Shariffe”, Shariffe Osman Flores, candidata de Elmo, alcaldesa de Xalapa, a la presidencia municipal de Emiliano Zapata.

-“El gato modorro”, Ricardo Landa, expresidente del CDE del PRI.

-“El capitán Chanclas”, Gonzalo Morgado Huesca, porque solía llevar las babuchas a su jefe inmediato, el gobernador Dante Delgado Rannauro, hasta la recámara.

-“Los bembones”, Ramón Ferrari Pardiño, exalcalde de Boca del Río, exdiputado federal, exsecretario de Desarrollo Agropecuario y delegado de la Comisión de Desarrollo del Papaloapan.

-“El caco”, Francisco Portilla Bonilla, candidato por segunda ocasión a diputado local, dos veces alcalde de Córdoba, exsubsecretario de Gobierno.

-“El zapatitos blancos”, Ignacio Hernández Berrueco, exalcalde de Minatitlán, por su afición a los gustos que ahora tienen al exgobernador de Tabasco, Andrés Granier, con un pie en la cárcel.

-“La viuda alegre”, Xóchitl Tress, candidata del PAN a la alcaldía de San Juan Evangelista.

-“Caín”, Tonapriuh Pola Estrada, candidata priista a la diputación local por el distrito de Veracruz rural.

-“El Perico”, Víctor Arredondo Álvarez, exrector de la Universidad Veracruzana y exsecretario de Educación de Veracruz.

-Diego Delfín Méndez, exalcalde de Lerdo de Tejada, qepd, “Cassius clay”.

-Fortino Castro Calderón, expresidente municipal de Ángel R. Cabada, el “¡Ay nanita!”.

-Ibérico Montesano Carbonell, expresidente municipal de Santiago Tuxtla, “El güero tegogolo”.

-Ana de Fortanet, exregidora de Acayucan, “La coca cola”.

Rosalino guillén tapia expresidente municipal de Acayucan, “El sátrapa de sotavento” (sobrenombre impuesto por su hermano el poeta Orlando Guillén Tapia).

-Lino Lara García, expresidente municipal de Jáltipan, “Buche veloz”.

-Leonel Márquez Bonola, tres veces presidente municipa de Playa Vicente, “Palo de jobo”.

-Nemesio Domínguez, -subsecretario de la SEV, “Cara de hombre”.

Faltaría, no obstante, definir al IEV si la constancia de mayoría a los candidatos ganaderos llevará su nombre de pila, y/o en todo caso, su apodo, así como también si en las sesiones parlamentarias los diputados y en los ayuntamientos los alcaldes serán llamados por el sobrenombre.

Por ejemplo, en vez de que el IEV anote el nombre, digamos, de Ana Guadalupe Ingram Vallines describiera la siguiente leyenda: “El IEV extiende constancia de mayoría a ‘Anilucas’ como diputada local electa”.

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