Miguel Angel Mancera, encargado de
despacho del Gobierno del Distrito Federal, tendrá hoy una dura jornada
de trabajo... en Tijuana y Ensenada, donde apoyará a los candidatos del
PAN-PRD-PANAL-PEBC (Partido Estatal de Baja California) a las alcaldías
de ambos municipios.
Mientra realiza esta vergonzosa
gira, acatando las instrucciones de su jefe supremo, el ínclito Marcelo
Ebrard Casaubón, la ciudad de México empieza a descubrir las terribles
consecuencias de las políticas en materia de seguridad que el propio
Ebrard aplicó, primero como titular de la policía capitalina durante el
sexenio de AMLO, y después, como sucesor de éste al frente del GDF. Es
decir, la irrupción de poderosos cárteles que hasta ahora habían actuado
fuera de la capital del país.
Que ya estén aquí, tal como lo
dice inequívocamente el levantón de una docena de jóvenes de Tepito el
domingo pasado en la Zona Rosa, es algo que debemos agradecerle a Ebrard
antes y después que a nadie
Con el aparentemente “noble”
propósito de combatir la prostitución callejera, para beneficiarse en
realidad de la especulación inmobiliaria en el Centro Histórico, Ebrard y
su prusiano jefe policíaco, Manuel Mondragón y Kalb –hoy empleado de
Peña Nieto-- destruyeron las organizaciones autogestivas de
sexoservidoras y travestis que había en la Merced y la calzada de
Tlalpan, creando, a sabiendas o por ineptitud, un vacío de poder que de
inmediato fue llenado por fuerzas exógenas.
Bajo el falso y puritano
concepto de que el mercado del comercio carnal puede y debe ser
suprimido para evitar la esclavitud de mujeres y niños, Ebrard y
Mondragón y Kalb declararon la guerra a grupos que promovían la salud
sexual y reproductiva mediante cursos y distribución masiva de condones,
y al mismo tiempo luchaban contra la trata fomentando la conciencia de
clase entre quienes, como millones de personas en otros rubros, se ganan
la vida con su cuerpo.
Pese a lo que digan nuestras
conspícuas feministas –que a la hora de la hora sacan el cobre para
apoyar a mujeres tan corruptas como Esther Orozco, la fatídica ex
rectora de la UACM-- en el ámbito del trabajo sexual forman amplia
mayoría las personas que se dedican a estas actividades por vocación,
por voluntad propia, por tradición familiar, o porque no tienen
alternativas para sacar adelante a sus hijos, pero que invariablemente
caen en las garras de explotadores que se enriquecen a sus costas.
Que el auge del crimen
organizado haya incrementado exponencialmente los secuestros de niñas y
jovencitas obligadas a prostituirse, no es sino otro de los horribles
productos de un complejo y ya bien conocido diseño, elaborado en
Washington y desarrollado aquí, para consumar el desmantelamiento del
Estado nacional y la reconversión del país en territorio al servicio de
los intereses militares estratégicos del Pentágono.
Pero ante un hecho consumado
como éste, las propuestas de las organizaciones que buscan la liberación
personal y colectiva de sexoservidores de ambos géneros, deberían ser
adoptadas como parte de una política de salud pública. En otras
palabras, los agentes del orden deberían perseguir a padrotes y
madrotas, no a sus víctimas, y mucho menos a quienes intentan ayudarles a
entender que el producto de su trabajo les pertenece íntegramente.
Así las cosas, mientras
aumentan los negocios del Centro Histórico que pagan derecho de piso, o
cierran sus puertas, y se multiplican los atracos a mano armada y las
balaceras en la vía pública –eso que deseó con toda su alma Felipe
Calderón para justificar la militarización de nuestras calles-- la
figura de Miguel Angel Mancera se derrumba ante los errores que comete a
diario, su falta de reflejos para reaccionar con prontitud y su
carencia de autoridad sobre un gabinete de gobierno que no nombró y que
actúa en su contra, para beneficiar al PRI y desde luego a Ebrard.
Pero recapitulemos. El primero
de diciembre pasado, Peña Nieto, el secretario de Gobernación, Miguel
Angel Osorio Chong, el secretario de Seguridad Pública, nada menos que
Mondragón y Kalb que ese día saltó sorpresivamente del GDF a Los Pinos,
así como el mismísimo Ebrard que seguía siendo (bueno, aún sigue siendo)
titular del gobierno capitalino, montaron una provocación mayúscula que
a todos nos tomó por sorpresa.
Halcones disfrazados de
“anarquistas” se desprendieron de las murallas de policías antimotines
desplegadas en torno del Palacio Legislativo, y comenzaron a lanzar
bombas molotov, piedras y otros proyectiles contra ellos, para que los
gorilas cargaran contra miles de jóvenes que protestaban pacíficamente.
Mancera asumió (simbólicamente)
cuatro días después. En ese lapso, el presidente del Tribunal Superior
de Justicia del DF, Edgar Elías Azar –un guerrerense adscrito al
cacicazgo de Rubén Figueroa-- movió sus hilos en las tinieblas de los
juzgados penales para fincarle toda clase de delitos a muchas personas
inocentes que cayeron presas en el Centro Histórico cuando Ebrard ordenó
a la policía: “agarren a todos los que puedan”.
Así, no lo olvidemos, con todo
en contra, Mancera utilizó los recursos a su alcance y al mes y pico de
los disturbios no quedó un solo detenido en la cárcel. En forma
simultánea se hizo cargo de la crisis en la UACM y con suavidad,
apoyándose en los estudiantes y maestros que constituyen el nuevo
Consejo de la institución, favoreció el ascenso del doctor Enrique
Dussel a la Rectoría en lugar de la bruja Escaldufa. Y ahora la UACM va
muy bien.
Estas son las dos palomitas que
se ha anotado, y muy merecidamente, nuestro inexperto encargado de
despacho, pero que se han diluido frente al bosque de taches que marcan
sus pifias, su falta de autoridad y de carácter. ¿Sabrá Mancera que
ahora las patrullas de la policía circulan de noche con las luces
apagadas y en sentido contrario? ¿Sabrá que numerosos ciclistas han sido
detenidos, extorsionados y liberados por agentes del Centro Histórico,
que amenazan con llevárselos presos si amarran su bicicleta a un poste?
¿Sabrá Mancera que en la
avenida Miguel Angel de Quevedo, unos vecinos colgaron una manta de
protesta contra el delegado Mauricio Toledo y fueron detenidos por
“vandalismo”? ¿Sabrá Mancera el nombre de su “aliado” que durante la
presentación de un Concejo de no sé qué, introdujo en el salón a Marta
Sahagún de Fox sin avisarle? ¿Se preguntará Mancera por qué en ese
momento no tuvo los reflejos para mandar detener a la señora, como
sospechosa de los múltiples crímenes que se le atribuyen? ¿Habrá
despedido Mancera al inepto que anteayer, durante una reunión pública,
olvidó reservar asientos en el presidium para 10 jefes delegacionales?
¿Se dará cuenta Mancera de la
trascendencia negativa que puede llegar a tener su fracaso como jefe de
gobierno? ¿Será capaz de convocar al pueblo del Distrito Federal al
Zócalo para anunciar la destitución de su gabinete, la ratificación o el
nombramiento de los cuadros leales a él y pedir un voto de confianza
para sacudirse el yugo de Ebrard y si es necesario acusarlo penalmente
por motivos que sobran y abundan?
En pocas palabras, ¿poseerá
Mancerá la capacidad de emular a don Lázaro Cárdenas cuando envió a
Marcelo Elías Azar, perdón, a Plutarco Elías Calles, al destierro?
Porque si no se siente capaz de actuar a la altura de las
circunstancias, es mejor que renuncie: si lo hace ahora todavía
podríamos celebrar nuevas elecciones y llevar a la jefatura del GDF a
quien pueda salvar a la ciudad.
Bien lo sabemos. Si el fascismo
que ya se adueñó del resto del país se apodera del DF, México estará
condenado a convertirse inevitablemente en protectorado de Estados
Unidos. Aquí, en la capital de la República Mexicana (mayúsculas
retóricas porque nuestra república de hecho nunca existió como tal),
mantenemos en pie el último bastión de la esperanza organizada y debemos
defenderlo al costo que sea. Con Mancera, sin Mancera o a pesar de
Mancera.
Por lo pronto, listo para la
#MarchaSolemnePorLos49 niños que murieron quemados en la guardería ABC y
que sacudirá al país el miércoles próximo, estaré en Twitter, en
@Desfiladero132, por si ocupan.
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