En
48 horas, el secretario de gobierno de Veracruz, Gerardo Buganza
Salmerón, pasó de elogiar el periodismo crítico y libre a descalificar a
medios y comunicadores que “a veces acusan hasta con lenguaje hostil y
violento” a las autoridades y que, además, no hacen propuestas viables
para resolver los problemas que denuncian y que luego les afectan.
El
desdoblamiento de personalidad del gobierno veracruzano respecto al
ejercicio periodístico tuvo como referentes a la conductora de radio y
televisión nacionales, Adela Micha, y al excorresponsal de La Jornada en
esa entidad, Andrés Timoteo. En el primer caso fue una mención alegre,
elogiosa y solidaria, al entregarle a la periodista de Televisa un
polémico doctorado honoris causa./
Según
el comunicado 3984 de la oficina de comunicación social del gobierno
estatal (http://bit.ly/UczTpj ), Buganza dijo que“ en esta etapa de
relanzada prosperidad de Veracruz, con el gobierno de Javier Duarte, el
papel de la prensa crítica es de alianza para mantener libertades y
derechos”. Dos citas más: “la prensa libre es los ojos y la voz del
pueblo, como contrapeso a las decisiones del poder público” y “con
periodistas como Adela Micha haciendo su trabajo, podemos estar seguros
de que habrá voces de alerta ante el mínimo desvío de la ruta que deben
llevar los asun-
tos públicos”.
Los
efluvios sabatinos de Buganza (voz de su implacable jefe, el gobernador
Duarte) se convirtieron en rayos y centellas el lunes 1 del presente
mes, cuando Andrés Timoteo, excorresponsal de La Jornada en Veracruz y
autor de la columna denominada Texto irreverente, en Notiver, dio a
conocer las razones por las cuales se ha refugiado en Francia: “mi
salida de México obedeció al contexto de inseguridad que se vive,
especialmente en Veracruz que está convertido en tierra inhóspita para
el libre ejerci-
cio periodístico”.
Al
reanudar desde el extranjero la publicación de su columna, y luego de
agradecer a El buen tono, Notiver y La Jornada “el respaldo que me
brindaron para salvaguardar mi integridad”, Timoteo señala, en algunos
párrafos que aquí se reproducirán íntegros: “Son treinta periodistas que
ya dejaron el estado y de ellos, cinco estamos en el extranjero. El
resto anda disperso -y prácticamente huyendo- por diversos estados del
país. El contacto con los otros colegas es escaso pero aun así se han
conocido historias de necesidad y abandono en muchos de ellos.
“Algunos
huyeron a sugerencia –casi orden– de funcionarios estatales que les
advirtieron sobre un inminente riesgo de ser asesinados y les
ofrecieron, a nombre del gobernador Javier Duarte de Ochoa, un puñado de
monedas para que ‘se tomaran una vacaciones lejos de Veracruz’. Como
muestra de la ‘buena voluntad’ de Duarte de Ochoa, les ofrecieron
‘traslado con vigilancia’ hacia otra entidad.
“A
bordo de una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública los
llevaron hasta la central de autobuses de la ciudad de Puebla y ahí los
dejan a su suerte para que aborden un camión a cualquier destino. Pero,
¿quién puede sentirse seguro bajo el resguardo de policías veracruzanos?
Lo lamentable es que en muchos casos la famosa Comisión Estatal para la
Protección de Periodistas es la gestora de las dádivas monetarias para
costear las ‘vacaciones fuera de Veracruz’ de reporteros incómodos o de
aquellos que puedan ser agredidos en un futuro y que le puedan
significar otro escándalo mediático al gobernante en turno.
“La
paquiderma comisión en lugar de pugnar para que las autoridades se
hagan responsables de ofrecer garantías para el ejercicio periodístico,
terminó convertida en una agencia de traslados forzados. Para ellos la
solución es sacar del estado a los comunicadores cuyas futuras
agresiones puedan abonar el desprestigio que ya tiene el gobierno duartista.
“Sin
embargo, lo más ominoso es que el propio gobernador Javier Duarte ha
presionado a los dueños y directivos de medios para que obliguen a
determinados reporteros a irse de Veracruz, sobre todo a los que cubren
la nota policiaca y en algunos casos ha exigido el despido de los mismos
para que un eventual ataque en su contra no ‘contamine’ de escándalo
ni a la empresa periodística ni a su administración. A ese grado ha
llegado la irresponsabilidad gubernamental en Veracruz” (columna
completa: http://bit.ly/O0zdQj).
Sin
mencionar a Timoteo ni sus señalamientos, el secretario general de
gobierno, Buganza Salmerón, se quejó ese mismo lunes 1 de que hay medios
y comunicadores “que informan, analizan, cuestionan, señalan e incluso a
veces acusan hasta con lenguaje hostil y virulento, pero entendemos que
todo forma parte del mismo paisaje, de los colores diferentes de la
naturaleza periodística”. Frente al rojo sangre de ese “paisaje”, el
funcionario ya no vio aliados ni hizo defensa discursiva: “Tener las
garantías para el ejercicio libre y seguro del periodismo es una tarea
que compete no sólo al gobierno, sino también a los medios de
información y a los propios comunicadores”.
Peor
aún: “escuchamos de manera frecuente acusaciones y cuestionamientos a
la autoridad, pero no hemos conocido de propuestas concretas que busquen
resolver la problemática que se acusa; oímos descalificaciones a veces
absurdas, pero no sabemos de ideas o aportaciones realistas que lleven a
superar este desafío” (Corresponsabilidad con medios y comunicadores:
http://bit.ly/QXWVdv).
Buganza
Salmerón, por cierto, es un ingeniero panista que fue candidato a
gobernador en 2004 frente al priista Fidel Herrera, quien bajo sombra de
fraude se impuso por 35 mil votos, es decir, 1.3% de diferencia. En
2010 renunció al PAN en protesta por la postulación de Miguel Ángel
Yunes y acabó como segundo en el organigrama de Javier Duarte. Él sí
sabe de alianzas y fidelidades.
Y,
mientras los candidatos venezolanos se decían, luego de votar,
dispuestos a dar ejemplo de respeto a los resultados electorales y a la
democracia en general, ¡hasta mañana, con Pedro Joaquín Coldwell
llamando a reformar al PRI! (fin)
twitter: @julio astillero |facebook- julio astillero
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