Subió con su pareja, ella se sentó cruzando la pierna con un aire de completa indiferencia. Parecían peleados, tampoco el chico hacia ningún caso. Como dijeran ellos, X.
A él lo conocí de pequeño, era un molochi(chiquillo), que hacía acrobacias en la bicicleta para alcanzar los pedales; con una habilidad admirable. Pasó un buen rato sin dirigirse la palabra, después ella sacó de su bolso unos audífonos, y repartió las bocinitas y ambos comenzaron con sus respectivos celulares a “dialogar con los smartphones”….
Me Dije, qué nos está pasando? Esa la tendencia del futuro? Así serán las relaciones interpersonales? Estoy pasado de moda?
Los Smartphone es un teléfono denominado inteligente, un término comercial para denominar a un teléfono móvil que ofrece la posibilidad de instalación de programas para incrementar el procesamiento de datos y la conectividad. Estas aplicaciones pueden ser desarrolladas por el fabricante del dispositivo, por el operador o por un tercero. El término «inteligente» hace referencia a cualquier interfaz, como un teclado QWERTY en miniatura, una pantalla táctil (lo más habitual, denominándose en este caso «teléfono móvil táctil»), o simplemente el sistema operativo móvil que posee, diferenciando su uso mediante una exclusiva disposición de los menús, teclas, atajos, etc.
El sujeto experimental eres tú, nos dice Antonio Orbe en uno de sus análisis de impacto de las redes sociales y de los Smartphone: El 46,9% del tiempo lo pasamos pensando en cosas distintas de lo que estamos haciendo. Y ello nos hace infelices. No resulta sorprendente que el momento más feliz es cuando practicamos sexo. Lo que no dice el estudio es si los sujetos pararon para responder a la aplicación o terminaron sus quehaceres sexuales y contestaron después. Las personas estaban contentas en un 90%, 15 puntos más que las siguientes actividades que fueron: hacer ejercicio, conversar, escuchar música, pasear y otras. Desplazarse al trabajo y trabajar estaban al final de la lista.
Incluso si usted está haciendo algo que es realmente agradable, no está protegido contra los pensamientos negativos. La tasa de vagabundeo de la mente es menor para las actividades más agradables, pero cuando la gente deja vagar la mente, tiene la misma probabilidad de caer en pensamientos negativos.
La mente distraída parece omnipresente en todas las actividades. Este estudio muestra que nuestra vida mental está impregnada, en un grado notable, por lo que no está presente. El vagabundeo de la mente predice de forma excelente la felicidad de las personas. De hecho, la frecuencia con la que nuestra mente abandona el presente es un mejor indicador de la felicidad que las actividades que estamos realizando.
Todos estos datos son muy dignos de analizarse a profundidad, sobre todo cuando en México se acerca un proceso electoral que puede definir el futuro de estos jóvenes. Cuando el peso del voto de los jóvenes es mucho mayor si se incluye 25% del padrón que tienen menos de 30 años. Una proporción muy elevada que paradójicamente también coincide con la franja de indecisos. La guerra de encuestas lo poco que dejó en claro es que las elecciones serán más competidas de lo que dejaba suponer la enorme ventaja que tenía Peña Nieto en las encuestas y que en el electorado hay una amplia “caja negra” de entre 17 y 25% que no ha decidió su voto. Se trata de una cifra capaz de devolver incertidumbre al resultado y augurar una campaña en la que se peleará cada voto.
Donde estarán esos jóvenes el próximo julio? Escuchando música tribal? Narcorridos? agazapados en el muro de facebook? Siendo daño colateral? etiquetado de criminal por la narcoguerra? O siendo esclavo de su Smartphone.
E.P
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