domingo, 19 de febrero de 2012

“Soy lo que quise ser” entrevista con Cristina Pacheco

http://www.jornada.unam.mx/2012/02/19/Images/sem-monica1.jpg

entrevista con Cristina Pacheco

Mónica Mateos-Vega

“Nací con un tesoro: desde niña quise ser periodista y escritora”, afirma Cristina Pacheco (Guanajuato, 1941). Por su trayectoria cultural en México, la escritora y periodista fue galardonada con el primer Premio Rosario Castellanos, convocado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

El jurado integrado por María Novaro y Rosario Ruiz (México), Gloria Dubner (Argentina), Diamela Eltit (Chile) y Amelia Valcárcel (España), eligió a la colaboradora de La Jornada “por su sólida y fructuosa trayectoria en el periodismo y la literatura, así como en la comunicación audiovisual, y porque a lo largo de varias décadas ha dado voz y respeto a personas de diversos ámbitos sociales”.

Además, subrayaron que el legado periodístico de la galardonada, el cual forma parte del programa Memoria del mundo: Patrimonio cultural de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), contribuye “a la pluralidad de México, por su tenacidad y constancia, que son un ejemplo para todas las mujeres”.

Frente a tantas felicitaciones que ha recibido en estos días, Cristina mantiene una pasión: su entrega al trabajo, “es un compromiso del que no me salva ningún premio”.

La charla se desarrolla en la librería El Péndulo de la calle de Nuevo León, rodeada de libros que de vez en vez roban la mirada de Cristina: “mira éste, y éste, y éste”, dice con el entusiasmo y la curiosidad con la que lo mismo entrevista a un gran pintor que al dueño de unos baños públicos.

Al hablar de las personas que forjaron su amor por la escritura, aparece en su recuerdo el periodista Fernando Benítez: “Me dio muchas lecciones, pero destaco tres. Primero, sin imaginación, sin valor y sin amor al país no se puede hacer periodismo. Dos, cuando tengas duda en los temas, vete por el primero que te atraiga y no estés tentaleando, porque te va a salir mal. Y tres, cuando no tengas nada, saca de tu imaginación todos los temas que tengas y échalos al aire, corre, pesca uno y ése agárralo como perro con los dientes hasta que acabes con él.

“También me decía que si alguna vez iba a entrevistar a alguien y no me la daban, que hiciera la no-entrevista, y me pasó una vez con Fidel Velázquez; me citó, estuve horas esperándolo y no me recibió. Luego escribí todo lo que había pasado durante la espera, pero no lo hubiera hecho si Benítez no me lo hubiera dicho.

“Tuvimos una amistad muy hermosa, muy estimulante. Me llamaba y comentaba mi trabajo. Le gustaba mucho el programa Aquí nos tocó vivir, sobre todo en sus últimos años. Me decía: ‘ya no puedo salir, no puedo caminar, pero veo en tu Programa las calles que fueron mías.’ Le gustaba mucho la calle de Mesones.”

Cristina es egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde estudió Letras españolas. Inició su labor periodística en los años sesenta, colaborando en los diarios El Popular y Novedades, así como en la revista Sucesos, donde publicaba bajo el seudónimo de Juan Ángel Real, siempre con el afán de forjarse una carrera propia pues, explica, “me casé con un escritor, me daba temor hacer mal mi trabajo y pena hacerlo a costa del suyo, es decir, obligarlo a que me mantuviera como esposo y que pagara mi preparación como escritora; entonces pensé: ‘¿por qué no escribir cosas por las que me paguen, pero que sean ficciones?’

“Me encantaba (y me encanta) pensar que mi cuento se iba a convertir en flores, en café, en una botella de vino, en sopa de fideo, es decir, paso horas escribiendo, pero esas horas yo me las compro, no porque José Emilio no pudiera sostenerme, él ha sido siempre muy generoso. Cuando escribía con seudónimo me decía: ‘Si vas a ser escritora, tienes que ser valiente, tienes que ser tú, tienes que dar el paso y decir: soy una escritora.’ Fue muy difícil porque yo estaba recién ingresada a ese medio, él era ya un poeta conocido y yo no quería ni nunca he querido colgarme de él en este mundo, porque lo respeto y quiero tanto. Ahora soy lo que quise ser: una periodista y una escritora, una persona fascinada con todo lo que ve.”

Desde entonces, Cristina Pacheco nunca ha percibido una diferencia tajante entre el oficio literario y el periodístico: “El periodismo es un gran ejercicio para la literatura, y la literatura ofrece muchos recursos para el periodismo, por ejemplo un lenguaje más amplio que profundiza en la realidad. Si tienes ojo de escritor, cuando haces un trabajo periodístico te fijas en muchos detalles que otros no notarían, es importantísimo”.

“Por ejemplo, cuando entrevisté a Blas Galindo en su casa, ¡qué escena vi! Tenía una camisola a cuadros, lo encontré en su mesa de trabajo, muy inclinado, escribiendo música. Una taza de plástico enfrente, un bote de café soluble en la mesa chiquita, la luz del foco, de pocos watts, cayendo a plomo. La íntimidad que había de su frente a su mano era maravillosa. Por eso creo que no hay un abismo entre literatura y periodismo. Estoy muy orgullosa de que me llamen periodista, uno de los mejores oficios del mundo”

No hay comentarios:

TAMALIN, EL GABINETE DEL CACIQUE...

ANDRES RAMOS REYNO – PRESIDENTE Va por su segunda Administración en el Municipio, como  Pedro Garcés Marcial y Lerdo Ferrer; han gobe...