Al final, lo que queda claro, es que se trata de una cirugía mayor.
El milagroso sanador, Tío Fide, dejó en claro que, para que Veracruz siga pintado de rojo, es necesario hacer cambios de fondo, no sólo en la lista de candidatos a diputaciones y presidencias municipales, sino en la mismísima administración estatal.
Mucho se mencionó allá por diciembre del 2010 la insistencia de Fidel Herrera Beltrán a su sucesor, Javier Duarte, para que no incorporara en su equipo de trabajo a Tomás Ruiz González. El ahora exmandatario mantuvo al político yucateco disfrazado de coatzacoalqueño al margen del juego político en la entidad y pretendía que así siguiera.
Sin embargo, Duarte de Ochoa entendió que requería de alguien con buenas relaciones en el sector financiero nacional para emprender la reestructuración de la enorme deuda que recibió de herencia. No encontró entre las propuestas que tenía a la mano, ninguno mejor que Ruiz González y, a pesar de la sugerencia de quien fuera su jefe, lo subió al barco como titular de la Sefiplan.
Hay muchas versiones sobra la razón de su salida. Él mismo vendió la historia sobre una invitación en el gabinete federal, misma que fue avalada por Javier Duarte. Antes de que se conociera esa versión, se hacía memoria de su cercanía con la procesada Elba Esther Gordillo, su paso por la dirigencia nacional del Partido Nueva Alianza que, hoy se sabe, en aquel entonces habría recibido dinero ilegal de parte del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y se hacía referencia además a una posible relación -o complicidad- de Tomás Ruiz con una de las grandes empresas operadoras de casinos en el país, Exciting Games.
La salida de Tomás Ruiz coincidió, además, con el estancamiento de las gestiones para acomodar en el mercado bursátil un nuevo paquete de acciones de Veracruz respaldadas por un porcentaje de las participaciones federales que recibe la entidad. La versión oficial es que el trabajo de reestructuración de la deuda pública de Veracruz había concluido y por ello se acordaba el relevo en la Secretaría de Finanzas.
Sin embargo, a la luz de los más recientes movimientos, queda la sensación de que la salida de Tomás Ruiz fue sugerida, motivada o exigida por Fidel Herrera y que la mejor salida para esa posición resultó Salvador Manzur, pues es un personaje muy cercano a Javier Duarte, pero que también goza de la confianza del ex gobernador.
Así, el verdadero operador político del PRI en Veracruz, Fidel Herrera, cuenta ya con la gente que requiere en las posiciones clave.
Tiene al siempre fiel Érick Lagos, como la figura decorativa que siempre hace falta en el comité estatal priista; a Ranulfo Márquez, al frente de los programas sociales del Gobierno Federal, con lo que sumarán los votos de las zonas más vulnerables de la entidad; para hacer mancuerna con "Tonicho", un experto en el diseño de programas sociales, Alejandro Baquedano Sánchez, como coordinador estatal de Oportunidades; al poderoso Jorge Carvallo Delfín en la secretaría particular, político que sabe muy bien lo que tiene que hacer desde esa posición y que demostrará su capacidad como operador; a Toño Gómez Anell en la Dirección de Patrimonio del Estado, que con la entrega de escrituras y con la disposición de predios, sumará una importante fuerza política, y al propio Salvador Manzur en la Secretaría de Finanzas, un político que garantiza el diálogo y la comunicación permanente con la sociedad, lo que no tenía Tomás Ruiz.
Con todos ellos y con la estrategia montada para echar por tierra la alianza opositora, los momios se mueven a favor del priismo veracruzano.
"Así sí baila m'ija con el señor", dirían los jarochos.
Filiberto Vargas Rodríguez
Comentarios, al correo fivargasr@hotmail.com
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