Con expresiones como “estamos hasta la madre” y “tenemos miedo”, veracruzanos de diversas edades y estratos sociales participaron en la Marcha por la Paz en calles del centro histórico, para demandar un alto a la violencia en el país.
Con esa movilización se sumaron a la convocada por el escritor Javier Sicilia, que culminó en el Zócalo de la Ciudad de México y que tuvo diversas réplicas en varias ciudades del país.
Integrantes de la sociedad civil se reunieron en el Parque Zamora desde antes de las 11:00 de la mañana, muchos de ellos vestidos de blanco. Portaban mantas con leyendas de rechazo a la violencia que se ha extendido a varios puntos de la república.
En la vía que enlaza a la avenida 20 de Noviembre con Independencia a la altura de la calle Rayón frente al Tranvía del Recuerdo, algunos de ellos regaron un líquido rojo que al decir de otros, era sangre de animales, y se formó un charco que casi llegó de banqueta a banqueta.
Antes de iniciar la marcha, hombres y mujeres ataviados con vestimenta prehispánica realizaron un ritual azteca para pedir permiso a Quetzalcóatl por la acción que emprenderían.
Entre el tam tam del tambor y el sonido del caracol, uno de ellos inició la petición.
“Pedimos permiso al guardián de este lugar, a las energías de este punto cardinal para que acompañen nuestro paso y acompañen nuestra marcha, para que acompañen nuestro corazón y en compañía de todos estos corazones este rumbo que es el rumbo de la luz, el rumbo del conocimiento y del aprendizaje, por donde nace nuestro padre sol todos los días para darnos su calor, información y energía”.
Entonces inició la procesión, en silencio, cerca de las 11:30 de la mañana, por la avenida Independencia.
¡HASTA LA MADRE!
Las mantas fueron elocuentes. Sus leyendas expresaban el hartazgo de la ciudadanía por la ola de muertes cometidas por la delincuencia organizada, que siguen impunes sobre todo en el norte del país, pero también en otros puntos.
Pero más, por la guerra de las fuerzas federales contra la delincuencia, en la que las principales víctimas han sido miembros de la sociedad civil.
‘Calderón, 40 000 muertos y la droga sigue pasando igual. ¿De qué te ufanas?, si ya perdiste la guerra. No mates más mexicanos. ¡Asesino!’
‘Alto a la guerra de Calderón. No más sangre. Estamos hasta la madre de violencia, extorsión, secuestro en Veracruz’.
‘De políticos corruptos estamos hasta la madre. ¡No más sangre!’
‘La delincuencia se combate con empleo y salarios dignos, prestaciones y seguridad social, educación y salud pública’.
‘Todos somos víctimas. No más sangre’.
‘Sí a las investigaciones y uso de la inteligencia. Sí al control del lavado de dinero, que actualmente no se hace’.
‘En el país de la injusticia nadie puede sentirse seguro’.
TENEMOS MIEDO
Los participantes, quienes dejaron en claro que nadie los acarreó, sino que llegaron por propia convicción y voluntad, se dijeron hartos de que nadie detenga la violencia en el país y que la respuesta con mayor violencia tampoco arroje resultados.
El gobierno pone las armas, y la población civil pone los muertos, subrayaron indignados.
“Es una convocatoria que están haciendo a nivel nacional las personas como Javier Sicilia, que están conscientes ya de que el dolor y la inseguridad no la vamos a poder librar cada quién solo en su casa; tenemos que hacer un pacto entre la sociedad civil, que nos organice para poder enfrentar lo que estamos pasando ahorita”, expresó la doctora Ana Irene Muro Lagunes.
-¿Estas manifestaciones lograrán estremecer, sacudir, a quien debe hacerlo?
“A quienes nos debe estremecer es a la sociedad civil, porque los que están en el poder ya están desligados de nosotros, ya no nos quieren escuchar ni oír. Esto ya se vio porque se han hecho muchísimas marchas. Pero lo que sí se está viendo es la necesidad de que no nada más acabe todo en una marcha, sino en una organización ciudadana que tome en cuenta la experiencia de otros países como Italia, que han vivido esto ya muchos antes y lo han tenido que enfrentar y cómo, organizándose la sociedad civil para poder ser los que ya retomen el mando del país, como debe ser, porque los que están mandando ya no mandan para nosotros”.
“La verdad, todos tenemos miedo a la inseguridad tan grande y la estrategia tan alarmantemente equivocada parea enfrentarla, de tal manera que en vez de resolverse, se han complicado las cosas, y la verdad que como ciudadano yo pienso en mi seguridad y en la de mis nietos, mis hijos”, aseveró Rodolfo Suárez Castellanos.
“Tengo que ser solidario con los demás, para agarrar valor y exigir a las autoridades que cambien su estrategia y que combatan más ampliamente todo tipo de violencia, porque es violencia la laboral, es violencia la legal, es violencia la médica, y todo eso nos afecta a nosotros, y ya es que estamos hartos, la verdad”.
Otra participante, quien se identificó como Marisa, explicó por qué decidió unirse a la marcha.
“Porque ya basta de tanta muerte impune, de tanta muerte de civiles, por eso nada más. Ése es el único objetivo, que el Ejército regrese a su zona militar para que se acaben los muertos civiles, los daños colaterales, como dice Calderón”.
En silencio, los manifestantes llegaron hasta la calle Mario Molina y siguieron sobre ella hasta la Macroplaza del Malecón, donde realizaron un mitin pacífico y de allí cada uno tomó su rumbo.
Heladio Castro / AGENCIA IMAGEN DEL GOLFO
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