"Hora sería ya de que cesáramos de lamentarnos apáticamente de las circunstancias que nos han infiltrado la gangrena…. Existen personas que dejan tamañitos a los tigres en ferocidad y avidez de sangre. Los que han poseído este poder ilimitado sobre la carne, sobre la sangre y sobre el alma de sus semejantes, de sus hermanos,…son incapaces de resistir a su sed insaciable de sensaciones. La tiranía es una costumbre susceptible de desarrollo y a la larga se convierte en enfermedad incurable. Sostengo que el mejor hombre del mundo se puede endurecer y embrutecer hasta el extremo y de no distinguirse en nada de una fiera.
La sangre tiene el poder de embriagar y favorecer el desarrollo de la dureza del corazón y del desenfreno. …el hombre y el ciudadano desaparecen para siempre en el tirano, y entonces se hace imposible la vuelta a la dignidad humana, el arrepentimiento, la resurrección moral. Añádase que la posibilidad de ejercer semejante poder influye contagiosamente sobre la sociedad entera…
La sociedad que mira estas cosas con indiferencia, está ya inficionada hasta la medula…es una de las peores llagas de nuestra sociedad y el medio mas seguro de extinguir el amor al prójimo. .. La sociedad desprecia al verdugo de profesión, pero no al verdugo señor.
Estoy seguro que una generación no se extirpa tan fácilmente lo que tiene de hereditario. El hombre no puede desprenderse de lo que lleva en la sangre, de lo que ha mamado del seno materno.
Y la humanidad, la afabilidad, la compasión fraternal, son precisamente los remedios más eficaces para el enfermo."
Transcribiendo un poco a Fedor M. Dostoievski (el sepulcro de los vivos) a sus analogías contemporáneas, su magistral forma de describir la realidad Rusa a principios del siglo XIX. Mi país está enfermo? la sociedad de la que soy parte está enferma? Me pregunto. Tiene remedio?
De pronto paso de las líneas a la realidad y me llena de admiración ver a un maestro,… Caminar, platicar, apasionarse en el debate, le importa México en su sangrante respiro.
Me dicen que está enfermo, lo he visto sangrar a veces, pero el no se inmuta, y ante su realidad admiro más su fortaleza, su actitud ante el embate adverso. Y me da clases de esperanza cuando lo oigo decir: “Me voy a curar Gonzalo”! México tiene remedio!
Y hoy quisiera contagiarlos con la sonrisa de un niño, con el abrazo en familia, con los mejores deseos de un amigo! En la esperanza luminosa y en la reflexión profunda.
FELICES FIESTAS DECEMBRINAS Y UN MEJOR 2011!!
E.P.
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