Sábado 6 de noviembre de 2010, p. 7
Luego de ocho horas de tiroteos y persecuciones en más de 15 puntos de la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, entre sicarios del cártel del Golfo y efectivos de las secretarías de Marina (Semar) y de la Defensa Nacional (Sedena), elementos navales abatieron a tiros a Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, líder de dicho grupo delictivo
El saldo oficial de las balaceras es de tres marinos, un soldado y cuatro delincuentes muertos, así como cuatro agentes de la Marina y dos militares heridos. Los enfrentamientos provocaron el cierre de tres puentes internacionales que conectan esa zona fronteriza con Estados Unidos, así como la suspensión de actividades en todo el municipio, ya que los grupos criminales secuestraron unidades del transporte público y realizaron decenas de bloqueos en distintas vías de comunicación para impedir la movilización de soldados, marinos y policías.
Los hechos ocurrieron en medio del despliegue de más de 180 integrantes de la Armada de México en busca de detener a Ezequiel Cárdenas Guillén, quien desde finales de 2009 empezó una guerra contra los integrantes del cártel de Los Zetas, sus ex socios.
Fuerzas especiales y helicópteros para contrarrestar el fuego
Los enfrentamientos incluyeron el uso de armas largas, detonación de granadas, bloqueos con autobuses y el despliegue de integrantes de grupos de fuerzas especiales y hasta helicópteros para contrarrestar el fuego de los integrantes del crimen organizado.
La violencia empezó alrededor de las 10 de la mañana y se extendió hasta poco después de las 6 de la tarde, cuando Tony Tormenta y dos de sus escoltas fueron abatidos en una casa de seguridad.
Las persecuciones y enfrentamientos causaron el cierre de los puentes internacionales que comunican Matamoros con Brown- sville, en el sur de Texas; la suspensión de clases y labores en 200 escuelas y en todas las dependencias públicas e interrupción del transporte publico, lo que generó una ola de pánico en la población y provocó que se enviaran cientos de mensajes a través de las redes sociales, como Twitter y Facebook, para informar de los choques entre autoridades y delincuentes.
El primer choque entre criminales y fuerzas federales ocurrió pasadas las 10 horas en el cruce de Pedro Cárdenas y Longoria, justo frente a la vieja sede de la Procuraduría General de la República, donde el intercambio de balas causó la muerte del reportero Carlos Alberto Guajardo Romero, quien llegó a cubrir la nota.
La persecución militar contra Ezequiel Cárdenas Guillén –quien en 2003 asumió el liderazgo de la organización delictiva, a raíz de la captura de su hermano Osiel– provocó que decenas de sicarios, a bordo de camionetas, detuvieran unidades del transporte público y las usaran para bloquear calles y avenidas, tratando de evitar la captura del capo.
La Semar informó que “efectivos navales lograron la ubicación de Ezequiel Cárdenas en la colonia Centro de dicha ciudad, como producto de un trabajo de más de seis meses, en el que se realizaron labores de inteligencia y algunas acciones operativas, con intención de cercar y poner a este delincuente a disposición de la justicia.
“En los hechos participaron 150 elementos navales, de un total de 660 desplegados en el área, así como tres helicópteros y 17 vehículos.
Al llegar a la zona señalada, el personal naval fue recibido con granadas y disparos de armas de grueso calibre, iniciándose intercambio de fuego aproximadamente a las 15:30 horas y concluyendo alrededor de las 17:35 horas.
A pesar de que Tony Tormenta ya había sido abatido por disparos de los marinos, los bloqueos continuaban.
Poiré no habla del reportero caído
A las 19 horas de ayer, en un breve mensaje ofrecido en la residencia oficial de Los Pinos, Alejandro Poiré, vocero del Gabinete de Seguridad Nacional, aseguró que la muerte de Ezequiel Cárdenas Guillén ocurrió luego de que la Marina realizó operativos previos de inteligencia para la detección del narcotraficante, lo cual dio por resultado su ubicación y muerte, este viernes. En su intervención, Poiré no se refirió a la muerte del reportero.
La historia del deceso del líder del cártel del Golfo es muy parecida a la de Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, quien fue aniquilado por efectivos de Marina en su departamento del condominio Altitude, en Cuernavaca, Morelos, en diciembre de 2009, y también al caso de Ignacio Coronel Villarreal, uno de los dirigentes del cártel de Sinaloa. Supuestamente a todos se les advirtió que se rindieran o caerían a balazos.
Tony Tormenta mantenía el control de la organización con el apoyo de su hermano Mario y de Eduardo Costilla, El Coss. De acuerdo con informes del gobierno federal, ambos serían los sucesores de Ezequiel, quien nació el 5 de marzo de 1962 en el rancho El Mezquital, en Tamaulipas.
Ex socio de Los Zetas
El narcotraficante ultimado por efectivos de la Marina era considerado un sujeto de alta peligrosidad
por autoridades de México y Estados Unidos. La Procuraduría General de la República llegó a ofrecer una recompensa hasta de 30 millones de pesos a cambio de información que llevara a su captura, y la agencia antidrogas estadunidense (DEA por sus siglas en inglés) ofrecía 5 millones de dólares.
Según reportes oficiales, Mario Cárdenas Guillén se había mantenido con bajo perfil luego de haber abandonado el penal de máxima seguridad de Puente Grande, en Jalisco, en 2007. Sin embargo, era el encargado de los envíos de droga hacia Estados Unidos y del control de las operaciones hacia la frontera de México con Guatemala.
En 1999, mientras estuvo recluido en el penal de Santa Adelaida, en Matamoros, se hizo cargo del taller de hojalatería y pintura, y desde esa prisión salían camiones cargados con cocaína y mariguana hacia territorio estadunidense, motivo por el cual fue procesado penalmente en 2003.
El ascenso de Tony Tormenta trajo consigo también la división del grupo que dirigía su hermano Osiel, y con ella el surgimiento de Los Zetas, cuyos integrantes inicialmente eran el brazo armado del cártel del Golfo, que tiene presencia en al menos 15 entidades de la República.
Desde finales de 2009, el grupo de Ezequiel y Mario Cárdenas Guillén empezó una guerra contra sus ex aliados Los Zetas, y actualmente mantiene una sociedad de conveniencia con los cárteles de Sinaloa, La Familia y Los Valencia para enfrentar a sus ex socios en distintas entidades, como Tamaulipas, Veracruz, Guerrero y Tabasco.
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