VULGARIDAD
Las cosas extrañas que suceden en el sexenio gubernamental pues la borrachera del poder ha pegado duro, no tanto en el gobernante Javier Duarte de Ochoa quien ya no quiere queso sino salir de la ratonera, sino en sus subalternos, algunos de ellos de baja estola, que mediáticamente se exhiben faltos de pulcritud y con una arrogancia insultante al grado de convertirse en gárrulos vulgares.
En la administración pasada, el entonces gobernante, aquel que no debe ser nombrado, dio la pauta para que la vulgaridad se convirtiera en discurso oficial. Hay que recordar lo que le dijo a una periodista en plena campaña electoral del 2004 cuando lo cuestionó sobre los exámenes de orina que su rival, el candidato panista a la gubernatura, Gerardo Buganza le exigía para que comprobara que no era adicto a estupefacientes.
A la comunicadora le soltó dos frases: “pon las manos”, aludiendo a que allí iba a depositar la muestra de orina – es decir, la iba a orinar por haberse atrevido a hacerle la pregunta- y “no temas que solo Judas temió”. Y se armó el escándalo, un conductor de televisión lo acusó de usar un “lenguaje de carretonero” e inmediatamente vino el despido de la televisora. Después para calmar el escándalo lo recontrataron pero el resbalón verbal solo fue el inicio de una sarta de frases que hoy forman parte del anecdotario verbal fidelidad.
“Duarte anda reapendejado…los tlacotalpeños no tienen llenadera ..tengo el pinche poder en la mano..es un succionador profesional o sea un mamador profesional– como se refería a un empresario periodístico-” son algunos de los primores verbales más famosos que salieron a la luz pero en privado la cosa era peor. Las víctimas de la vulgaridad del innombrable narran que predominó la ofensa y la insidia con lenguaje soez. Nadie se salvaba ni siquiera sus colaboradores más cercanos ni los alcaldes ni los legisladores ni los empresarios ni los reporteros.
Hoy la vulgaridad acompañada con los tragos mareadores del poder al parecer ya regresó al gobierno estatal pero no en el Ejecutivo, que hasta donde se sabe ha guardado las formas porque él fue uno de los que sufrieron la sorna corriente de su exjefe, sino en colaboradores que andan ebrios de prepotencia y que presumen que son intocables por la “cercanía” al matrimonio Duarte Macías, al menos eso arengan.
El ejemplo más evidente es el director del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Juan Nemi Dib quién recientemente ante un grupo de jóvenes habló del tamaño de su aparato reproductor, creyendo que hacía una gracia digna de festejarse. ¿Qué dirá la señora Karime Macías de esa payasada vulgar?, ¿lo respaldará en tal broma de mal gusto?. Al momento no hay ninguna reprimenda y la conseja dice que el que calla, otorga. Así que al parecer tiene la venia de la titular del DIF.
Pero no es la primera vez que el funcionario muestra el cobre y también la prepotencia al grado de ofender a los gobernados. Hace un par de semana en una carta dirigida a un medio de comunicación, Nemi Dib tildó de “intoxicados” – léase drogados- a un grupo de personas que se manifestaban en el municipio de Río Blanco exigiendo peticiones de carácter social. Eso fue en la carta porque en la discusión con los manifestantes, el funcionario estatal les lanzó ajos y cebollas como si fuera una lavandera de vecindad, con todo respeto para las señoras que lavan en la vecindad pues la mayoría son más decentes de Nemi Dib.
Ahora los que reclaman una obra o servicios sociales que por ley tienen derecho, están “intoxicados”. El pedir a las autoridades que cumplan con su deber es demostrare que son drogadictos y no están en sus cabales, según la filosofía del inefable Nemi Dib. Este señor anda imparable y se siente todo poderoso porque presume ser el que escribe los discursos de la primera dama estatal y del gobernante en turno. Lo necesitan, cuenta a sus allegados, y bajo ese argumento sin ningún freno lanza majaderías a los ciudadanos. Al parecer ya hasta tiene permiso de hacer de la vulgaridad la distinción del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
DOBLE CLAMOR
La caravana de madres centroamericanas que recorren el país por tercera ocasión en busca de sus hijos migrantes que se extraviaron en México, pasó por Veracruz, uno de los estados que han sido calificados como “territorio mortal” para los indocumentados que emigran hacia el norte del continente. Son madres, hermanas, esposas, abuelas o hijas que no se han cansado de buscar a sus seres queridos que partieron de su país obligados por la pobreza.
Nadie sabe dónde están, si están vivos o ya no. Si no lo están, tampoco se conoce su sepultura, la cual quedó en la clandestinidad. Es una tragedia inacabada y con historias de horror –narradas por quienes tuvieron la oportunidad de sobrevivir- y en especial en Veracruz se cuentan con mucha frecuencia pues las autoridades municipales y las corporaciones estatales están coludidas con la delincuencia para detener, torturar, secuestrar o asesinar a los migrantes.
A la par, en Jalapa ayer hubo otra marcha de madres, abuelas, hijas, esposas y hermanas de personas que han desaparecido en los últimos meses. Ellas recorrieron las calles jalapeñas y se plantaron frente a palacio de gobierno exigiendo al mandatario estatal, Javier Duarte de Ochoa una audiencia directa pues los funcionarios alternos no solo las han evadido sino que simplemente no les importa indagar el paradero de sus hijos, nietos, hermanos, padres y esposos.
Ellas pidieron la destitución del procurador Amadeo Flores Espinosa porque ha convertido a la fiscalía en una oficina burocrática que solo se encarga de estancar expedientes al grado que sus empleados desconocen – o dicen desconocer- el número de investigación, titular de la misma y el curso de las pesquisas. Lo anterior es porque no se investiga nada, ya que Flores Espinoza salió igual que su antecesor. Nadie sabe el paradero de los jalapeños desaparecidos pero el obligado a investigarlo es Duarte de Ochoa, quien ostenta el Poder Ejecutivo.
Ante la caravana de madres centroamericanas, el gobierno estatal activó el plan “boletín pagado” e insertó en la prensa sendos comunicados diciendo que se atendió la petición de las madres centroamericanas en su tránsito por territorio estatal. ¿Qué les dirá a las madres jalapeñas?. Ayer el procurador Amadeo Flores se escondió y quien las atendió – según el boletín, claro-fue el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza, alguien que ni ata y ni desata en palacio de gobierno. Lo mucho que este persignado funcionario pudo haberles recomendado es que recen el rosario y comulguen cada domingo para que Dios haga el milagro de localizar a sus familiares.
Por Andrés Timoteo
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