sábado, 21 de julio de 2012

La renuncia de Duarte/ Zona Franca

Por Roberto Morales Ayala. 
 
Javier Duarte de Ochoa no ha tenido un buen gobierno y ya se habla de que vive sus últimos meses al frente del Poder Ejecutivo de Veracruz.
http://elheraldodexalapa.files.wordpress.com/2012/07/a2b-1-copiar.jpg?w=630&h=436

O sea, palabras más, palabras menos, que en noviembre deja de ser gobernador.
Duarte ha resultado ser un mal experimento político, impuesto por Fidel Herrera Beltrán, su antecesor, en el gobierno de Veracruz para tapar la corrupción, el desfalco a las arcas públicas que reinó durante la fidelidad y por las ambiciones del oriundo de Nopaltepec, en tierras de Cosamaloapan, por prolongar su poder en un sueño transexenal, utilizando a quien creyó sería su títere, pero que finalmente lo mandó a volar.
El gobierno duartista ha sido una decepción y tiene paralizado a Veracruz, sin dinero y con obras que no satisfacen a nadie. La inseguridad cada vez está peor y la violencia desatada por los bandas criminales mantienen atemorizada a la población y contra la pared al gobierno estatal.
Eso es en lo económico y en lo social, pero en lo político está peor, pues el gobernador Javier Duarte no logró en año y medio ejercer el poder y conciliar con todos los grupos priístas, mucho menos con la oposición, para suscribir un pacto que permitiera a Veracruz alcanzar la estabilidad con la que pudiera gobernar y avanzar en su desarrollo.
El proceso electoral federal fue la prueba de fuego para el gobernador Javier Duarte y salió reprobado. Fue su responsabilidad sacar adelante a Enrique Peña Nieto y no pudo; Josefina Vázquez Mota, la candidata del Partido Acción Nacional, lo venció por escaso margen, unos mil 500 votos, pero lo venció, y Andrés Manuel López Obrador estuvo a punto de alcanzarlo y quizá rebasarlo, lo que habría sido el acabose para el mandatario veracruzano.
Después de eso, y de que trascendiera que muchos priístas, líderes de grupos políticos, habían dejado caer la elección, y que muchos de ellos se quedaron con el dinero sacado de las arcas públicas, lo cual es un delito, destinado para operar y comprar votos, Javier Duarte se fue del país y regresó con la espada desenvainada y dispuesto a acalambrar a quien se le pusiera enfrente.
Así, sin más ni más, designó a Enrique Ampudia Mello como nuevo subsecretario de gobierno, sustituyendo a Tomás Carrillo Sánchez, del grupo fidelista, por sus yerros y fracasos en la operación política en el distrito de Cosamaloapan, donde el PRI perdió estrepitosamente.
Lo de Ampudia Mello es un signo preocupante para el priísmo. Ampudia fue Director de Gobernación en los tiempos en que Miguel Angel Yunes Linares, entonces priísta, fue secretario de Gobierno durante el régimen chirinista. Después se fue a la Subsecretaría de Seguridad Pública Federal, con Yunes, y posteriormente fue secretario general y secretario de la Junta Directiva del ISSSTE, también con Yunes.
Quien diga que Ampudia no es yunista, debe estar trastornado. Enrique Ampudia fue coordinador operativo en la campaña de Miguel Angel Yunes Linares al gobierno de Veracruz, en 2010, bajo las siglas del Partido Acción Nacional. Era su hombre de confianza.
Yunes Linares fue duro, crítico, demoledor contra Javier Duarte, su contrincante, hasta que hace un año, comenzó a cambiar el discurso que mantenía y avaló sus decisiones. Le vio agallas para ser gobernador cuando antes decía que era un títere de Fidel Herrera. De ser un corrupto terminó viéndole virtudes que el pueblo, por más que le busca, no encuentra. Se reunió con él. Expresó públicamente que habría que apoyarlo para bien de Veracruz.
La designación de Ampudia conlleva mayor sustancia de lo que muchos priístas se imaginan. Coloca el área política del gobierno en manos de Miguel Angel Yunes, aun cuando Enrique Ampudia simule que hace tiempo que no trata con su antiguo jefe y que filtre una supuesta grabación telefónica para hacer creer que el nombramiento le cayó por sorpresa y el mismo Yunes diga que no tenía ni idea de que lo llamaría Duarte a su gabinete. Allá quien se los crea.
En los hechos, desde la Subsecretaría de Gobierno, Enrique Ampudia tendrá el control de la Secretaría, siendo el actual titular, Gerardo Buganza Salmerón, por cierto enemigo de Yunes Linares, un cero a la izquierda al que nadie ve ni escucha.
Los mismos priístas aseguran que al colocar a Enrique Ampudia en la Subsecretaría de Gobierno, Duarte entregó la gubernatura de Veracruz.
Algunos, los más pesimistas, sostienen en que Duarte pretende someter por la fuerza a las cabezas de grupo: a Miguel Alemán, a Carlos Brito, a Pepe y Héctor Yunes, a Guillermo Zúñiga, a los jóvenes fidelistas que ahora son duartistas.
Si Javier Duarte no lo pensó, alguien debió aconsejarle meter la cabeza al congelador y como dice el analista Juan Maria Alponte, serenar las ideas. Lo que hizo fue agitar el avispero, habida cuenta que los grupos priístas mantienen una relación corrosiva con Yunes Linares y a Enrique Ampudia lo conciben como hechura política del ex candidato panista.
O sea, Javier Duarte puso la iglesia en manos de Lutero.
Cómo explicar una decisión tan acelerada. Duarte no es, como pudiera pensarse, un político cauto ni reposado. Es visceral. Reacciona con las tripas y ni por accidente repara en las consecuencias de sus desatinos.
Javier Duarte está agobiado por la derrota de Peña Nieto en Veracruz y cada vez es más insistente la versión de que será llamado al gabinete del próximo Presidente de México, no por eficiente sino para dejar el estado en manos de políticos que sepan su oficio y que obviamente estén en la órbita del futuro mandatario.
La partida de Javier Duarte está pintada, pero deja contaminado el ambiente, incluida la posibilidad de que Enrique Ampudia pudiera ser su sucesor por los cuatro años que le restarían al sexenio.
Frente al desbarajuste en que Javier Duarte convirtió la política veracruzana, otros grupos pujan por ganar en el juego de una sucesión anticipada. Se sabe que el actual procurador, Felipe Amadeo Flores Espinosa, la quiere; lo mismo el secretario de Finanzas, Tomás Ruíz González, o el líder del Congreso, Jorge Carvallo Delfín.

Qué lamentable. A un año y medio de gestión, lo más interesante del gobierno duartista sea la esperada renuncia del gobernador Javier Duarte. (romoaya@gmail.com)(@moralesrobert)

No hay comentarios:

TAMALIN, EL GABINETE DEL CACIQUE...

ANDRES RAMOS REYNO – PRESIDENTE Va por su segunda Administración en el Municipio, como  Pedro Garcés Marcial y Lerdo Ferrer; han gobe...