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Todos los servicios de seguridad norteamericanos están ocupados en la construcción de una “línea defensiva” antiterrorista y contra el narcotráfico en México. Tuvieron mucho éxito durante la presidencia de George Bush hijo cuando llegaron al poder los presidentes más “maleables” en la historia del país azteca: primero fue Vicente Fox y luego Felipe Calderón. Estos políticos escondían bajo declaraciones patrioteras su afiliación al “internacionalismo neoliberal y se han mantenido en un derrotero pro-imperialista en casi todos los principales asuntos nacionales y de política exterior.
Las críticas planteadas en su contra por los competidores giran en torno al origen dudoso de los fondos empleados para realzar su imagen en la campaña. Se han gastado millones de dólares en un automóvil de lujo, trajes caros y un reloj Cartier. ¿Cómo puede este político llevar semejante nivel de vida si no tiene sus propios ingresos? Pero esto no tiene mucha importancia cuando alguien trata de apuntalar a uno de los suyos. Es por esta razón que Washington prefiere a Peña Nieto. La presentación preliminar de Peña Nieto en Estados Unidos se inició con una visita al Congreso donde el político mexicano causó una buena impresión entre los congresantes. Sostuvo reuniones “privadas” con representantes de instituciones influyentes. Peña Nieto fue presentado a los miembros del gobierno Como el “futuro presidente de México” y este prometió a sus interlocutores fortalecer la lucha contra los carteles de la droga y los grupos terroristas que plantean una amenaza para Estados Unidos, como también apoyar las actividades de Washington que apuntan a limitar la influencia de los “países populistas” y su regreso a los “valores democráticos” dentro de las organizaciones regionales no antagónicas.
El problema de Obrador es de grave preocupación para Washington. En el año 2006 este problema fue resuelto por medio de un fraude gigantesco en los resultados electorales a favor de Calderón. En el 2012 será mucho más difícil para Washington y los oligarcas mexicanos “nombrar un presidente”. Es por eso que a un año de la elección ya se inició una masiva promoción de Peña Nieto en los medios de comunicación de masas. Se le está promoviendo como el líder nacionalista y en cambio a Obrador se le describe como un “secreto seguidor de Chávez”, político marginal divorciado de las necesidades del pueblo mexicano, condenado a fracasar. No obstante, fue Obrador el que en condiciones de bloqueo viajó por todo el país durante todos estos años después de su “derrota”. Se reunió con sus bases electorales y creó el Sistema MRN y su programa político como una alternativa al modelo neoliberal que apunta a ayudar a México a encontrar una salida a la permanente crisis económica y social.
“En vez de la Iniciativa de Mérida y de regalarnos armas y helicópteros, dice Obrador, nosotros le ofrecemos al gobierno norteamericano –si es que este realmente quiere ayudar a México—suministrarnos préstamos sin usureros y humillantes intereses. Este financiamiento nos ayudaría a estimular la economía nacional creando puestos de trabajo y creando las condiciones para una reducción de la emigración de nuestros ciudadanos hacia Estados Unidos.”
La lucha contra las mafias de la droga es una tarea de la policía y las agencias de seguridad. De ahí que Obrador –si gana las elecciones—promete declarar nulos los acuerdos que vulneran la soberanía nacional que Calderón firmó con Estados Unidos, los cuales establecen de facto un régimen de ocupación por parte del Pentágono.
El cuartel general de la Iniciativa de Mérida, desde donde se coordina la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, está ubicado en el Paseo de la Reforma #225 no muy lejos de la embajada norteamericana. Representantes de los servicios especiales norteamericanos –DEA, CIA, FBI, Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, ATF (sigla en inglés) inmigración y control aduanero, son los que mandan ahí. Meticulosamente revisan a sus “socios” mexicanos con el objeto de no permitir que aliados de los barones mexicanos de la droga y pandillas de delincuentes se infiltren en el centro de planificación de las operaciones conjuntas. Por supuesto que los norteamericanos no informan a sus socios mexicanos acerca de todas sus operaciones.
El presidente norteamericano Barack Obama envió a Earl Anthony Wayne como el nuevo embajador de Estados Unidos en México. Su misión es asegurar la victoria del “candidato norteamericano” en las próximas elecciones presidenciales. Como muchos de los diplomáticos norteamericanos, Wayne tiene una sólida formación militar.
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