sábado, 19 de enero de 2013

El son Huasteco,

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música de amor que invoca
poblados, flores y devociones
El gusto. 40 años de son huasteco es una antología, “la más amplia en términos de número de tríos y años de grabaciones incluidas”, que fue publicada por Discos Corasón en 2011, con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta); este libro, que incluye dos CDs, da secuencia a La antología del son de México (1985) y a El caimán (1994), de la misma empresa disquera.
Entre los textos que incluye El gusto, está “Que me entierren con huapango”, de Eliazar Velázquez, “quien describe el son huasteco y las andanzas de los músicos que los interpretan. He aquí algunos fragmentos de este texto:
“En la Huasteca, región que comprende parte de los estados de San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz, Tamaulipas, y en menor medida Puebla y Querétaro, el huapango o son huasteco define un género poético musical, de baile zapateado, y la fiesta donde se consagra perpetuamente. Esta tradición, perteneciente al gran árbol del son mexicano, amalgama de modo fino y misterioso danzas, música y recursos literarios de origen hispano, con la cultura originaria de esta tierra prodigiosa, hecha de diversas sociedades indígenas, migraciones, conquistas, tropelías, resistencias, y del cruce azarozo de mundos porteños y de sierra adentro.
“En la actualidad, los conjuntos huapangueros ejecutan violín, guitarra quinta o huapanguera y jarana. Se distinguen por el vigor de sus interpretaciones y por su virtuoso manejo de los instrumentos y por las figuras de su canto que, entre otros recursos, hace uso del ‘falsete’, que constituye una de las características singulares. Su poética combina versos de antigua factura con improvisaciones. Mediante quintillas o sextetas octosílabas, seguidillas y ocasionalmente décimas, los trovadores describen sentimientos amorosos, invocan poblados, devociones, flores, otorgan voz y sentimiento a los animales terrestres, marítimos y oponen a la muerte la certeza del instante desbordado.
“El tiempo ha ido decantando un repertorio de sones ‘mayores’–en su mayoría anónimos– que se volvieron clásicos y que con su sola insinuación desatan pasiones y brillos en la mirada (peteneras, malagueñas, bejuquitos, gustos, llorares, azucenas, aguanieves, huerfanitos, conchitas…). Se tiene noticia de que por lo menos desde finales del siglo XIX, múltiples generaciones de huapangueros han abrevado en este manantial primigenio para trazar sus propias veredas desde su respectiva sensibilidad serrana o de la planicie, todos iluminados por esa misma luz de luna que dio origen a esa tradición, al mismo tiempo testigo y fundadora de una manera de sentir la Huasteca”.
La antología incluye otros textos de Mary Farquharson, Eduardo Llerenas y Juan Jesús Aguilar.
A continuación transcribimos algunos sones contenidos en esta antología:
La rosita arribeña
Ayer en la mañanita
me dijiste unas cosas
me diste con tus manitas
un ramillete de rosas
a pesar de estar marchitas
todavía están olorosas

Eres una bella rosa
del jardín de Napoleón
y como eres muy hermosa
te traigo en el corazón
como virgen milagrosa

Sembré matas de café
para regarlas con el hielo
me dicen que con usted
derechito voy al cielo
quién sabe si llegaré
nomás ese riesgo llevo

La malagueña
Qué bonitos ojos tienes
debajo de esas dos cejas
si ellos me quieren mirar
pero si tú no los dejas
pero si tú no los dejas
ni siquiera parpadear

Malagueña salerosa
besar tus labios quisiera
y decirte niña hermosa
que eres linda y hechicera
que eres linda y hechicera
como el candor de una rosa

Si por pobre me desprecias
yo te concedo razón
yo no te ofrezco riquezas
te ofrezco mi corazón
te ofrezco mi corazón
a cambio de mi pobreza

El gusto
Cantando el gustito estaba
cuando me quedé dormido
cuando me quedé dormido
cantando el gustito estaba
cuando tu mamá me hablaba
yo me hacía el desentendido
para ver si me dejaba
otro ratito contigo

Ay Huasteca tan hermosa
que nunca podré olvidar
que nunca podré olvidar
ay, Huasteca tan hermosa
me paso horas deliciosas
contemplando tu palmar
y tus mujeres hermosas
son más bellas que un cantar

Date gusto vida mía
que yo me daré otro tanto
que yo me daré otro tanto
date gusto vida mía
no vaya a ser que algún día
el gusto se vuelva llanto
el gusto se vuelva llanto
y llores por la vida mía

El caballo
De mi caballo me aburro
que no le puedo montar
si la panza le apachurro
siento que se va a quebrar
les hablaba de mi burro
el que uso pa’ planchar
La música es mi fortuna
de alegría estamos rodeados
del huapango eres la cuna
desde los antepasados
Huasteca, cómo haces una
dividida en seis estados

Yo le monté a un burro flaco
y no me pudo tumbar
mi abuelita grita, Chamaco,
no lo vayas a quebrar
después, de dónde yo saco
otro burro de planchar

El llorar
Ay la la lay, la la lay la la la
contento voy a cantar
aquí lo estoy demostrando
oye
ay la la lay, la la lay la la la
yo he venido a este lugar a cantarles el huapango
oye
ay la la lay, la la lay la la la
a cantarles el huapango
que lo nombramos Llorar
oye

Ay la la lay, la la lay la la la
ya me cansé de llorar
una esperanza perdida
oye
ay la la lay, la la lay la la la
si no estás en mi lugar
mi corazón no te olvida
oye
ay la la lay, la la lay la la la
contigo quisiera estar
todos los años de mi vida
oye

Ay la la lay, la la lay la la la
si me ves en el panteón
no me vayas a llorar
oye
ay la la lay, la la lay la la la
rézame con devoción
para poder alcanzar
oye
ay la la lay, la la lay la la la
para poder alcanzar
de mis culpas el perdón
oye

Ay la la lay, la la lay la la la
la mujer es el encanto
en el valle donde estamos
oye
ay la la lay, la la lay la la la
y nosotros por lo tanto
al verla llorar lloramos
oye
ay la la lay, la la lay la la la
al verla llorar lloramos
para consolar su llanto
oye.




Jornada del campo...

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