jueves, 1 de marzo de 2012

La agencia privada Stratfor es "una Enron de inteligencia": Julian Assange

Los 5 millones de correos electrónicos de la empresa de "inteligencia global" Stratfor, filtrados por Wikileaks a cerca de 25 medios en el mundo –en México en exclusiva para La Jornada– han comenzado a ofrecer hallazgos sobre la manera como una agencia privada se hace de informes e informantes para sugerir a sus clientes –que van de dependencias del gobierno de Estados Unidos (EU) a una multitud de empresas privadas– cómo enfrentar "amenazas" o simplemente hacia dónde dirigir sus inversiones.

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Arturo Cano y Tania Molina

Los 5 millones de correos electrónicos de la empresa de inteligencia global Stratfor, filtrados por Wikileaks a cerca de 25 medios en el mundo –en México en exclusiva para La Jornada– han comenzado a ofrecer hallazgos sobre la manera como una agencia privada se hace de informes e informantes para sugerir a sus clientes –que van de dependencias del gobierno de Estados Unidos (EU) a una multitud de empresas privadas– cómo enfrentar amenazas o simplemente hacia dónde dirigir sus inversiones.

Los mensajes electrónicos son comunicaciones entre empleados de la firma y entre éstos, sus informantes y sus clientes (firmas como Lockheed Martin, Northrop Grumman, Raytheon, y entidades como el Departamento de Seguridad Nacional o el cuerpo de Marines de Estados Unidos).

Los correos filtrados por Wikileaks cubren de julio de 2004 a diciembre de 2011, fecha en que fueron obtenidos por piratas informáticos, según reconoció la propia compañía de seguridad.

Entre las lecturas posibles de los correos de Stratfor Global Intelligence, una es la estrecha relación de sus analistas con los organismos de seguridad e inteligencia de los gobiernos de Estados Unidos y otros países, así como el compromiso de la compañía con los intereses de empresas trasnacionales.

En el enorme volumen de correos también destaca que las fuentes, en ocasiones, son agencias del gobierno de Estados Unidos que, a su vez, usan información de páginas web y de medios locales para elaborar reportes que clasifican como sólo para uso oficial.

Es el caso de un informe sobre las prisiones mexicanas, fechado el 21 de junio de 2011 por la Oficina de Estudios Militares Extranjeros (FMSO, por sus siglas en inglés), con sede en Fort Leavenworth, Kansas, que ofrece un detallado recuento de los asesinatos en las cárceles mexicanas, estado por estado. Según el reporte, de diciembre de 2006 a mayo de 2011 fueron asesinados 615 presos.

Las fuentes son muchas, pero no se trata de agentes encubiertos ni gargantas profundas de la Secretaría de Gobernación, sino periódicos mexicanos y sitios como El blog del narco y Mundonarco.

Medios de todo el mundo han comenzado a publicar informaciones contenidas en los correos de Stratfor. Entre los medios que recibieron esa información se encuentran el portal de filtraciones BalkanLeaks; el Centro de Investigación Periodística, en Chile, y el grupo de performance político Yes Men.

Público, de España, destacó la solicitud que las empresas Union Carbide y Dow Chemical hicieron a Stratfor sobre los nombres de los participantes en una conferencia, realizada a mediados de 2011, que abordó la explosión de una fábrica estadunidense de pesticidas en Bhopal (India). Dow Chemical estaba especialmente interesada en el grupo de activistas Yes Men. Y Stratfor hizo el informe solicitado, luego de obtener los nombres de los activistas… en Facebook.

Varios medios divulgaron una comunicación del vicepresidente de Stratfor, Fred Burton, dirigida a sus analistas, en la cual se informa que el gobierno paquistaní conocía el paradero de Osama bin Laden. El ejecutivo alardeaba que conocían los nombres y rangos de los militares que sabían el paradero de quien durante una década fue el hombre más buscado por EU.

La vuelta al mundo de los secretos de Stratfor también tuvo parada en el país natal del fundador de Wikileaks. El diario australiano Sydney Morning Herald publicó un mensaje de Burton en el que aseguraba que fiscales de Estados Unidos tenían una acusación secreta contra Assange.

Michael Ratner, quien representa a Assange en EU, destacó el hecho de que una empresa privada tuviese acceso a la acusación y no así sus abogados.

En su estrategia de contención de daños, Stratfor ha dicho que algunos correos electrónicos podrían estar falsificados o alterados. A la manera del Departamento de Estado, por lo demás, ha anunciado que no confirmará ni desmentirá la información que se divulgue para no ser doblemente víctima.

Como se recordará, a principios del año pasado Wikileaks entregó a La Jornada, en exclusiva en México, los cables diplomáticos relacionados con nuestro país. Este diario recibió 2 mil 995 despachos del Departamento de Estado, de un total de 250 mil que unos meses antes Julian Assange había entregado a cinco medios impresos en Europa y Estados Unidos.

En los días venideros, La Jornada ofrecerá informaciones relevantes contenidas en los correos electrónicos de la empresa Stratfor.

En el debate global que la nueva filtración de Wikileaks ha desatado, algunos han llamado a Stratfor una CIA en la sombra aunque, en rigor, sus analistas ven en público a sus informantes y recorren oficinas de empresas de todo tipo –incluyendo periódicos– para tratar de vender sus productos: reportes de inteligencia para que sus clientes orienten sus inversiones, por ejemplo.

Para Julian Assange, creador de Wikileaks, Stratfor controla una red que busca cubrir los vacíos de inteligencia de gobiernos y empresas en muchas partes del mundo. Una Enron de inteligencia, resumió el australiano hace unos días en Londres, en referencia al gigante de la energía que se convirtió en sinónimo de delincuencia corporativa.

Algunos de los correos revelados hasta ahora, muestran que poderosas empresas trasnacionales contratan los servicios de Stratfor para investigar a grupos de activistas que protestan, por ejemplo, contra sus prácticas contaminantes.

Una primera revisión de los correos –a la espera de los hallazgos que hagan la veintena de medios asociados con Wikileaks en esta tarea– muestra un modus operandi que se muerde la cola: militares, diplomáticos, funcionarios y ejecutivos de empresa son informantes de una compañía de seguridad que vende la información obtenida a gobiernos y empresas, incluyendo ministerios de Defensa y de Relaciones Exteriores, y una buena cantidad de empresas trasnacionales.

Creada en 1996 por George Friedman, un académico que gusta de los estudios de seguridad nacional, Stratfor colabora con oficinas de inteligencia de Estados Unidos y, por lo que se lee en algunos correos, con sus pares de México, o al menos con funcionarios mexicanos de diversos niveles.

Los informes de Stratfor suelen ser usados como materiales relevantes por medios mexicanos, aunque muchas veces sus fuentes de información –al menos cuando se trata de sus informes públicos– son los propios medios mexicanos.

Es posible que los resultados explosivos estén todavía por venir, dice un artículo publicado por The Christian Science Monitor, en el cual se considera que, mientras tanto, más que una versión privada de la CIA, los correos muestran a Stratfor como una versión geopolítica de la serie The Office (para ejemplificar, cita el caso de una cadena de correos sobre un recipiente con pasta sustraído del refrigerador de la oficina). También alude a asuntos más serios, como el extraño ejemplo de la Coca-Cola pidiendo datos sobre el grupo PETA de defensa de los derechos animales o un reporte sobre la compra de equipos de futbol en Gran Bretaña.

Claro, en el ir y venir de correos entre los analistas de Stratfor, también hay formulaciones sobre México que huelen a la que Marko Papic escribió sobre un país de los Balcanes: Croacia está absolutamente manejada por el crimen organizado.


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