lunes, 10 de octubre de 2011

Veracruz, la Vicegobernadora...

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Entró al servicio público de Veracruz, por invitación de María Rosa Borunda, esposa del ex gobernador Fidel Herrera, tras vivir un largo periodo en Quintana Roo, donde fue asesora de Mario Villanueva. Ya en la administración de Herrera se ligó con funcionarios y empresarios de la entidad, e hizo amistad con la esposa del actual mandatario, Javier Duarte Ochoa. María Gina Domínguez Colío fue su jefa de prensa en las campañas del polémico gobernador: primero, en la de diputado federal en 2009, y luego en la que lo convirtió en mandatario estatal en la elección del 4 de julio de 2010. El 6 de octubre pasado, gracias a una reforma a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, se convirtió en vocera del gobierno de Duarte y, salvo éste, ningún funcionario habla a la prensa si Gina no lo autoriza. Pero en los últimos días pifias y más pifias la ubican como responsable directa de la mala imagen del “gober miedoso”. En Veracruz algunos la admiran y otros lo odian por tratar de imponer “línea”. Su historia tras el trono apenas y está por conocerse..

Por: Fecha: octubre 10, 2011 - 00:10 | Sin comentarios

El gobernador Mario Villanueva le tenía un aprecio especial. Era el filtro final para acceder al mandatario quintanarroense. Había llegado del puerto de Veracruz al puerto de Chetumal donde ambos se conocieron. Era joven, delgada, blanca y de ojos claros. Periodista inteligente, dedicada y tenaz, egresada de la Universidad Veracruzana.

De reportera de radio y televisión del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social, pasó a ser jefa de Información y luego jefa de Prensa del gobernador conocido por sus detractores como “El Chueco” Villanueva.

Educada, fina en su trato y poseedora de todas las confianzas de Mario Villanueva, María Gina Domínguez Colío saludaba con discreción a todos los invitados de su jefe, quienes esa noche eran agasajados con platillos del mar, tequila, ron, whisky, música regional y mariachis en una paradisiaca finca frente al mar de Chetumal.

Ahora, a más de una década de aquella velada, su jefe Mario Villanueva Madrid se encuentra preso en Estados Unidos acusado de actuar en complicidad con el Cártel de Juárez para introducir 200 toneladas de cocaína en Estados Unidos; y ella, trabaja otra vez como jefa de Prensa, pero ahora del gobernador del estado de Veracruz. Y es tanto su poder político que en los círculos periodísticos locales le llaman “la Vicegobernadora”.

Su poder en Veracruz lo construyó gracias a la simpatía que en principio generó en Rosa Margarita Borunda, esposa del gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien en el DIF estatal la presentó a su vez con Karime Macías, entonces mujer del secretario de Finanzas, Javier Duarte Ochoa, hoy gobernador del estado.

Recientemente, el Congreso Local –por iniciativa del gobernador– reformó la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo para dotar de más poder a María Gina, quien desde el pasado día 6 de octubre tiene bajo su control a todos los funcionarios y a todas las dependencias de la entidad.

En el gabinete estatal, excepto Javier Duarte Ochoa, ningún secretario ni mucho menos funcionario de menor rango pueden hacer declaraciones a la prensa si no lo autoriza la coordinadora de Comunicación Social y vocera única del gobierno veracruzano.

Gina oculta información a la Secretaría de Marina

Sin embargo, el protagonismo y la soberbia –comentan funcionarios locales– ya generó un serio conflicto entre los gobiernos estatal y federal. El pasado jueves 6 de octubre, el mismo día que el gobernador nombró a María Gina vocera oficial, la Secretaría de Marina (Semar) emitió un comunicado donde exhibió el ocultamiento de información que ésta hizo como vocera del gobierno sobre el hallazgo de 32 cuerpos en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.

Desde la noche del miércoles 5 de octubre, la policía estatal había encontrado los primeros 20 cuerpos y alrededor del mediodía del jueves localizó otros 11 sin informar a ninguna instancia federal, entre ellas la Secretaría de Marina, de acuerdo con el compromiso asumido entre el gobierno estatal y federal en la operación coordinada “Veracruz Seguro”.

Incluso con el conocimiento del hallazgo de 31 de los 32 cuerpos, la Coordinación de Comunicación Social del gobierno de Veracruz emitió un comunicado el mismo jueves alrededor de las 14 horas, negando los hechos:

“No hay confirmación oficial alguna por parte de las Fuerzas Armadas o del Gobierno Federal sobre el supuesto hallazgo de cuerpos en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, tal y como lo refieren algunos medios de comunicación que citan fuentes que no identifican.

“Reiteramos que sobre la supuesta aparición de cuerpos en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, no se cuenta con ninguna información por parte de fuentes oficiales”, decía el boletín gubernamental.

Sin embargo, la Secretaría de Marina respondió más tarde con otro comunicado donde evidenció a la coordinadora de Comunicación Social y, peor aún, al gobierno del estado de Veracruz:

“Derivado de información obtenida a partir de inteligencia naval, el día de hoy personal de Infantería de Marina acudió a un domicilio en el fraccionamiento Jardines de Mocambo. En el lugar, se ubicó a personal de la policía estatal, que informó al personal naval el hallazgo de 20 cuerpos sin vida en el interior de la casa, los cuales ya habían sido retirados por agentes del ministerio público del fuero común.

“En una visita a un segundo domicilio en el fraccionamiento Costa Verde, y con base en la misma información de inteligencia, el personal naval de Infantería de Marina localizó 11 cuerpos sin vida dentro de la casa. El Ministerio Público del fuero común, acudió al lugar de los hechos para realizar las actuaciones correspondientes”.

Ante esta información de la Semar, la coordinación de Comunicación Social del gobierno del estado de Veracruz se apresuró a explicar y justificar, infructuosamente, el ocultamiento de información que hizo a las autoridades de la Secretaría de Marina:

“Por la naturaleza y condiciones del caso, las autoridades responsables de la investigación mantuvieron en secrecía las diligencias hasta la conclusión del operativo que inició la madrugada de este jueves, ya que se contaban con datos sobre casas de seguridad en varios puntos de la ciudad, en donde la delincuencia presuntamente operaba”.

Los “milagritos” de Gina

María Gina rebasa ya los 50 años de edad. Es temida por dueños, concesionarios y trabajadores de los medios de comunicación de Veracruz. Constantemente algunos de los empresarios de medios electrónicos o impresos son objeto de presiones para modificar sus contenidos, cambiar de fuente a sus reporteros o en el peor de los casos despedirlos de su trabajo, como ha ocurrido en una decena de casos, entre ellos el del jefe de información del noticiario radiofónico “Avan Radio”, Miguel Ángel Díaz.

La principal amenaza, confió una de sus víctimas, es que amenaza con retrasar o no pagar las facturas de publicidad atrasadas tanto de la administración anterior como la actual, sobre todo de la campaña del ahora gobernador Javier Duarte Ochoa.

Irónicamente María Gina comenta que con tantos “milagritos” que le cuelgan “ya lleva más cabezas que la fosa de San Fernando Tamaulipas”, cuenta la periodista Esperanza Morales. La también directora del periódico digital www.infoveracruz.com, sostuvo: “Si algún trabajador del medio le da gripe, la culpable es la vocera del mandatario, quien ha tratado de poner orden en algunos excesos que se tenían en la asignación de contratos publicitarios en el área”.

“Los más afectados en la nueva política sexenal en el estado son los que recibían jugosos contratos para sostener pasquines que llegan a las oficinas de los ayuntamientos sin que nadie los lea, o se regalen en la calle.

“De los despidos en algunos casos los responsables son los dueños de los medios oficiosos que privilegian las ganancias de los convenios publicitarios antes que valorar el trabajo de los profesionistas de la comunicación”, dijo la experimentada reportera.

Otro periodista y ex funcionario de Comunicación Social coincidió con la postura anterior. Arturo Reyes Isidoro escribió en el periódico digital www.gobernantes.com: “Seguramente si hubiera dinero en abundancia, Gina fuera en este momento la funcionaria más popular de todos.

“Con recursos las cosas serían fáciles y las cosas fáciles cualquiera las hace. Pero le ha tocado una de las etapas más difíciles de cuántos gobiernos han pasado porque no hay recursos y porque en el pasado inmediato se repartieron casi indiscriminadamente y sin medida. La diferencia debe ser muy notable para los beneficiarios de entonces.

“Yo mi cabeza la tengo bien puesta y escribo con plena libertad, hago juicios críticos –o eso creo–, señalamientos, denuncio. Hasta ahora, es justo decirlo, nadie se ha metido conmigo. Nadie”.

Por su parte, Edgar Hernández, periodista y vocero del gobierno del estado de Veracruz durante tres años en la administración de Fernando Gutiérrez Barrios, dijo sobre la coordinadora de Comunicación Social:

“Gina Domínguez es objeto de maltrato de parte de algunos comunicadores que no la bajan de corrupta, de haber trabajado con un gobernador, el de Quintana Roo, señalado y condenado por narcotraficante y de asumir actitudes de despotismo y una arrogancia que no ejercía cuando escribía para los medios.

“La tormenta pasará y muy seguramente el raspón cicatrizará particularmente porque toda pompa mediática no tarda en reventar”. Pero en el periódico digital www.cronicadelpoder.com, advirtió: “Habría que considerar que en muy contadas ocasiones el hilo se rompe por lo más grueso”.

El gobernador y su vocera atentan contra Notiver

No obstante, María Gina ha cometido abusos de poder contra algunos medios que han realizado su trabajo periodístico de manera profesional y, en particular, aquellos que no tienen dependencia alguna con el gobierno del estado, como es el caso del periódico Notiver.

Notiver, quizá como muy poco diarios en el país, imprime diariamente tirajes extraordinarios y, además, tiene una fortaleza económica envidiable, ya que una parte significativa de sus ingresos se debe insólitamente a la venta directa de los miles de ejemplares que se agotan antes del mediodía en Veracruz puerto y en su zona conurbada.

El pasado 20 de septiembre, en el municipio de Boca del Río, fueron arrojados sin vida 35 cuerpos frente a la zona comercial conocida como Plaza de las Américas. Y, precipitadamente, el entonces procurador del estado, Reynaldo Escobar Pérez, afirmó públicamente que las víctimas tenían antecedentes penales.

Inclusive a través de María Gina se difundió un comunicado fechado el 21 de septiembre:

“Todas las personas que fueron asesinadas y abandonadas en la avenida Ruiz Cortines de Boca del Río tenían vínculos con el crimen organizado, refrendó el procurador Reynaldo Escobar Pérez al señalar que después de un largo proceso de identificación se confirmó que las 35 habían estado involucradas en delitos como secuestros, robo de autos, extorsiones y homicidios”.

Pero este influyente periódico publicó el viernes 23 de septiembre que la mayoría de las víctimas no tenían antecedentes penales de ningún tipo y, además, difundió la identidad de 28 de los 35 cuerpos arrojados, varios de ellos menores de edad como Fernando Betancourt Vázquez, de 14 años; Abbi Lizbeth Poucholen Barrios, de 15 y Diana Teresa López Luna, de 16.

Ante esta precisa información del periódico Notiver, la coordinadora de Comunicación Social del gobierno de Veracruz, María Gina explotó y visceralmente respondió a nombre de la administración de Javier Duarte:

“Luego de conocer la publicación de un documento difundido por un medio de comunicación de circulación local, en el que se revela la supuesta identidad de personas que fueron arrojadas sin vida en la vía pública el pasado 20 de septiembre en el municipio de Boca del Río, Veracruz, el Gobierno del Estado manifiesta que la información referida carece de fundamento y veracidad”.

Y como si no fueran suficientes sus desafortunadas descalificaciones, la propia María Gina habló al programa de la cadena MVS, “Primera Emisión”, de la periodista Carmen Aristegui, para negar los hechos, que con el pasar de los días simplemente se fueron confirmando.

Semanas antes, ese mismo periódico perdió a dos de sus mejores reporteros: Miguel Ángel López Velazco y Yolanda Ordaz, quienes fueron asesinados. El primero fue acribillado mientras dormía en su casa junto con su esposa y uno de sus hijos. La reportera fue torturada, ejecutada y abandonada en una calle.

Sobre estos hechos, la coordinación de Comunicación Social del gobierno de Veracruz organizó de manera precipitada y dolosa una conferencia de prensa, para declarar que ambos periodistas habían sido asesinados por tener nexos con el narcotráfico. Afirmación que hasta ahora no se ha comprobado y más bien obligó, junto con otros errores de comunicación, a renunciar al procurador del estado, Reynaldo Escobar.

Gina y sus amigos

María Gina aprendió a integrarse y apoyarse en equipo. Desde un principio lo hizo con las esposas de los gobernadores, para ingresar no sólo al gobierno sino a los primeros círculos de los gobernadores.

Y hoy integra y lidera a un compacto equipo de funcionarios cercanos al gobernador, entre ellos el secretario particular del mandatario estatal, Juan Manuel del Castillo; el contralor general, Iván López Hernández; el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita; el tesorero de la Secretaría de Finanzas y Planeación, Vicente Benítez; el subsecretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández y el alcalde de Tuxpan, considerado el más querido y consentido del gobernador, Alberto Silva Ramos.

Con el poder desarrollado en los sexenios de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte Rivas, María Gina tiene la capacidad suficiente para operar y asignar posiciones políticas dentro y fuera de su área, pero sobre todo en puestos claves del gobierno del estado donde con frecuencia beneficia a sus amigos e incondicionales colaboradores.

La periodista capaz

A su regreso al estado de Veracruz, en 1999, María Gina retomó exitosamente sus actividades periodísticas. De reportera del periódico Sur pasó a conductora del noticiario radiofónico de Grupo Avan Radio, luego a jefa de Información del diario AZ y más tarde coordinadora y directora de información del portal Milenio.

Uno de sus subalternos de ese entonces la recuerda como una jefa “dura”, pero “capaz”: “yo la conocí como jefa de Información, y era buena. Tenía mucha visión periodística para abordar los temas. Luego se convirtió en columnista y además de manejar información de primera mano, redactaba muy bien”.

Antes de que María Gina fuera poderosa frecuentaba a sus amigas periodistas y funcionarias, desayunaban de manera frecuente los miércoles, en los restaurantes xalapeños la Casa de Mamá, La Gavia y la Estación de los Tecajetes.

Dicen que gusta del buen comer, en especial su afición por los mariscos y las carnes, y aunque ella no es de tomar bebidas alcohólicas, tiene como costumbre destacar su aprecio regalando vinos, en especial los españoles Vega Sicilia.

La empresaria

A la vista, María Gina lleva una vida austera. La colonia donde vive no es una zona residencial exclusiva ni mucho menos la más cara. Tampoco viste ropa de diseños exclusivos ni calza zapatos de etiqueta. Se traslada en la camioneta Suburban que le asignó el gobierno del estado y en ocasiones en la propia, una jeep color negro.

Aunque eso sí, gusta mucho de variar los tintes de su cabello, y sus colaboradoras inmediatas tienden a imitarle el tono. María Gina también marca tendencias en la moda, dice un funcionario del gobierno local: “Si la jefa va de rubia, rojiza o cobriza, sus empleadas le siguen el paso… hasta en el tinte del cabello”.

Tiene tiendas de artesanías, mismas que en el estado relacionan con un programa oficial llamado Manos Veracruzanas, pero hasta ahora no le han comprobado ningún supuesto desvío de recursos, enriquecimiento ilícito ni sociedad mercantil con alguna con las esposas de los gobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte.

Su arribo al poder

Uno de sus mejores maestros universitarios, Luis Velázquez Rivera, contó la historia de cómo María Gina se hizo de las confianzas de la esposa del entonces mandatario, Fidel Herrera Beltrán, Rosa Margarita Borunda. Y cómo conoció también a la esposa del hoy gobernador Javier Duarte Ochoa, Karime Macías.

“Días antes de morir, el general Quevedo (abuelo de Rosa Margarita Borunda) se aseguró de que sus órdenes se cumplieran. La primera, que en su velorio hubiera suficiente pan para que nadie se quedara sin tomar café negro a gusto. Y segundo, que por ningún motivo fueran a llevar su cadáver a la iglesia”.

Esta historia se difundió en el periódico Milenio, de Xalapa. María Gina, autora del texto y jefa de Información de ese diario, descubrió un enorme ramo de flores en su escritorio, con una tarjeta de la esposa de Fidel Herrera Beltrán, quien entonces era aspirante a la gubernatura.

La reportera había conversado con ella como parte de una serie de entrevistas que había hecho con las parejas de los aspirantes a suceder a Miguel Alemán Velazco. Pero el agradecimiento de Rosa Margarita Borunda no quedó ahí.

Según el periodista veracruzano, por la tarde de ese mismo día, la esposa de Herrera Beltrán pidió hablar con ella por teléfono, y en cuanto la tuvo del otro lado del auricular, le dijo: “Me gustó su entrevista. Muchas gracias”.

Y así, concertarían una, dos, tres, varias pláticas informales hasta conseguir, meses después, ser nombrada asesora de la presidenta del DIF estatal donde conoció también a Karime Macías, esposa de Duarte Ochoa, ahora gobernador de la entidad, y quien en ese entonces fungía como secretario de Finanzas y Planeación.

Cursada ya una Maestría en Desarrollo Social, María Gina repartía su tiempo entre la asesoría del DIF, el periódico y “Sábados de Nostalgia”, de Jorge Saldaña.

Más tarde, no resistiría la propuesta de convertirse en jefa de Prensa de la campaña electoral de Javier Duarte; primero como candidato a diputado federal y luego como aspirante a gobernador, contó el destacado periodista y formador de miles de reporteros, Luis Velázquez Rivera en su columna “Expediente 2010”.

Ahora, a nueves meses de iniciarse la administración estatal de Javier Duarte Ochoa, María Gina camina erguida, sabedora de su gran poder. Sin embargo, como advirtió su colega Edgar Hernández: habría que considerar que en muy contadas ocasiones el hilo también se rompe por lo más grueso.

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