MÉXICO,
DF (Apro).- A unos cuantos días de que Eduardo Sánchez, ex abogado
general de Grupo MVS, asumiera las funciones de coordinador general de
Comunicación Social de la Presidencia, la empresa de Joaquín Vargas
inició una escalada contra Carmen Aristegui y su equipo de
investigación, el mismo que reveló el escándalo de la Casa Blanca del
primer mandatario Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera.
El acoso se inició como una reacción airada de la empresa contra la presentación de la nueva plataforma digital Méxicoleaks.
En
desplegados a página entera en la mayoría de los periódicos capitalinos
y con spots en sus propios espacios informativos, Grupo MVS afirmó el
miércoles 11 que no forma parte de Méxicoleaks y calificó "no sólo como
un agravio y una ofensa, sino un engaño a la sociedad", el uso de su
marca.
El
jueves 12 se difundieron más desplegados y spots de Grupo MVS donde
corrigieron su posición original: "La plataforma Méxicoleaks no es el
problema", afirmaron. El conflicto obedece a que "es inaceptable" que
"algunos de nuestros colaboradores comprometan y dispongan de recursos y
marcas de la empresa para realizar alianzas, sin conocimiento y la
autorización de la administración.
"El
problema obedece y se limita a la disposición indebida de recursos,
marcas y facultades de la empresa", afirmó Grupo MVS. El texto no
mencionaba a Aristegui ni a sus colaboradores, pero la alusión era
evidente.
En
menos de 48 horas MVS decidió despedir —al mediodía del jueves 12— a
los reporteros Daniel Lizárraga e Irving Huerta, ambos de la unidad de
investigaciones especiales del equipo de Carmen Aristegui, con el
argumento de la "pérdida de confianza" y "el uso indebido de nuestros
recursos humanos tecnológicos y materiales".
Aristegui
no fue notificada ni consultada antes sobre los desplegados ni sobre el
despido de los dos periodistas que realizaron el trabajo de
investigación en torno al escándalo de la Casa Blanca, revelado en
noviembre de 2014, y otros asuntos importantes, como el seguimiento de
la matanza de Tlatlaya y el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Desde
su cabina radiofónica, Aristegui respondió primero con extrañeza ante
la hostilidad de MVS. Ningún encuentro entre Joaquín Vargas y ella se
produjo en ese contexto. La conductora consideró el jueves 12 que el
caso Méxicoleaks era un "conflicto artificial" para forzar una ruptura o
una salida del espacio noticioso.
El
ombudsman de MVS, Gabriel Sosa Plata, emitió un posicionamiento público
de 10 puntos, en el cual consideró que "sí se debió solicitar
autorización" de los directivos del grupo para el acuerdo con
Méxicoleaks, pero criticó la campaña mediática calificándola de
"mecanismo de presión inédito de una empresa hacia algunos de sus
propios periodistas y conductores que podría afectar su desempeño
periodístico".
Sosa
Plata exhortó a directivos de MVS Radio y al equipo de Aristegui a
"retomar el diálogo, evitar las descalificaciones y dar solución pronta
al uso de la marca y el establecimiento de alianzas estratégicas".
TEMA DE INTERÉS
El
tono de la respuesta de Aristegui cambió el viernes 13 en su emisión
radiofónica. Tras conocerse la salida de Lizárraga y Huerta, la
periodista rechazó "categóricamente" el despido de sus colaboradores.
Hizo un llamado a MVS para que "los reinstale voluntariamente" y
advirtió: "Todo parece indicar que hay una clara intención para que esto
se convierta en un conflicto interno, de manera artificial, y con unas
preguntas sin contestar".
Aristegui
subrayó que este despido "contraviene seriamente el acuerdo
fundamental, de carácter contractual, entre MVS y yo", haciendo alusión
al contrato de autonomía e independencia editorial que firmó en 2009 con
la empresa.
"No
es tiempo de sometimientos, no es tiempo de aceptar regresiones… No
tenemos derecho a aceptar lo que parece ser ya no un aroma, sino un
vendaval autoritario de regresiones en el mapa nacional con capítulos
que aquí hemos abordado muy ampliamente, como lo que acaba de pasar en
la Suprema Corte", sentenció Aristegui, en relación con las críticas por
la elección de Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte.
En
ese momento el acoso a Aristegui y a sus colaboradores ya era tema de
interés en los medios internacionales y en las redes sociales. En menos
de dos días se juntaron más de 135 mil firmas en la plataforma
Change.org con la frase #EnDefensaDeAristegui. En Twitter más de 250 mil
menciones a este hashtag lo convirtieron en trending topic. The
Washington Post, The Wall Street Journal, Telesur y agencias
internacionales mencionaron el caso como un diferendo por la plataforma
Méxicoleaks y destacaron que MVS despedía al equipo que dio a conocer el
escándalo de la Casa Blanca.
"Lógica
mexicana: descubrimos conflictos de intereses en la compra de tres
casas. ¿A quiénes despiden en México? A quienes lo descubrieron",
escribió el periodista de Univisión Jorge Ramos en su cuenta de Twitter.
El
jueves 12 por la tarde, decenas de jóvenes y activistas protestaron con
chayotes frente a las instalaciones de Grupo MVS. "Es censura",
escribieron en la calle reclamando la reinstalación de los reporteros
despedidos.
Durante
la protesta, los manifestantes notaron la presencia entre ellos de
Javier Tejado Dondé, vicepresidente de asuntos informativos de Televisa,
el mismo personaje que encabezó la campaña para sacar a Carmen
Aristegui de W Radio en enero de 2008 (Proceso 1627).
Increpado
y cuestionado por los manifestantes, Tejado Dondé sólo atinó a decir
que él estaba ahí "de paso", pues se dirigía a una consulta médica,
hecho registrado en un video que circula en internet.
EL ‘ALINEAMIENTO’ DE MVS
La
respuesta de la empresa de Joaquín Vargas a las preguntas y demandas de
Aristegui y a las protestas en las redes sociales no fue la
reinstalación de los periodistas ni el diálogo con la conductora, sino
la emisión de 16 nuevos "lineamientos" aplicables a la relación entre
Noticias MVS y los conductores de sus emisiones informativas. De acuerdo
con el documento, publicado en el sitio oficial de MVS Radio, a partir
del lunes 16 se centralizará la contratación de personal adicional, de
unidades de investigaciones especiales y los conductores deberán
abstenerse "de comprometer acciones y recursos de la empresa sin contar
con visto bueno y autorización previa de la misma, a través del director
de noticias".
Los
"lineamientos" de la empresa anunciaron la contratación de "empresas
especializadas" que llevarán a cabo "una valoración periódica de todas
aquellas secciones, investigaciones, mesas de debate, comentaristas,
etc. con las que cuenta cada una de las emisiones".
MVS
anunció que prescindirá de corresponsales extranjeros y la cobertura se
llevará a cabo "vía agencias internacionales, que darán servicio a
todas las emisiones noticiosas de la empresa". Este punto implicará el
despido de la corresponsal en Washington, Dolia Estévez, quien mantuvo
una cobertura crítica del papel de Eduardo Medina Mora como embajador en
Estados Unidos en casos como Rápido y Furioso.
Se
prohíbe utilizar algún contenido producido o generado en MVS "en ningún
otro medio o plataforma" y "ningún conductor de noticias podrá promover
medios o plataformas ajenas a MVS en los espacios que corresponden a
sus emisiones", en clara alusión a la cobertura on line y a las
colaboraciones de Aristegui.
El
punto 14 de los lineamientos afirma que "la empresa y sus conductores
no representan a ningún partido político, grupo beligerante, ni protegen
intereses de organizaciones, asociaciones, movimientos políticos,
sociales o gobiernos".
CASO DE CENSURA
Para la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi) estos lineamientos constituyen "un caso de censura".
"La
Amedi considera preocupante el curso que ha tomado este diferendo, por
el contexto de los hechos y por las consecuencias que tiene ya el día de
hoy con el despido de dos periodistas y el intento de imponer
‘lineamientos’ con los que se pretende desdibujar la independencia
editorial de los periodistas que colaboren en MVS, quienes no podrán
realizar ninguna investigación sin pedir antes autorización e, incluso,
deben firmar que no ‘representan’ a ningún ‘grupo beligerante’", afirmó
la agrupación en su comunicado del viernes 13. La Amedi lanzó varias
preguntas a raíz de esos "lineamientos": "¿Considera MVS que el espacio
de Carmen Aristegui promueve o representa grupos ‘beligerantes’? ¿MVS
considera que no deben darse a conocer en sus noticiarios posturas de
movimientos sociales o movimientos políticos?".
La
agrupación, presidida por Agustín Ramírez, advirtió que tales medidas
constituyen "un enorme retroceso que inhibe y sanciona la libertad de
expresión y un lamentable regreso a las peores prácticas autoritarias en
contra de nuestros derechos humanos fundamentales, la transición hacia
la democracia, así como a la pluralidad de contenidos que mandata la
reforma constitucional".
Consultados
por Proceso, distintos especialistas y observadores coinciden en que
estos "lineamientos" de MVS son muy similares a los que en 2008
pretendieron imponer Televisa y Grupo Prisa en la estación W Radio,
antes de la salida de Carmen Aristegui de aquella compañía.
En
aquella ocasión, W Radio decidió suspender abruptamente el contrato que
mantenía con Aristegui bajo el pretexto del "proceso de renovación,
actualización y expansión" de la estación y de "un nuevo modelo de
organización y trabajo".
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