GRANADAZO EN EL ACUARIO DE VERACRUZ. Socorristas atienden a víctimas heridas tras la explosión de una granada, que ocurrió a unos metros del acuario del puerto de VeracruzFoto La Jornada
Cuando Gonzalo N. Santos, el legendario Alazán Tostado, llegó a la gubernatura de San Luis y lo primerito e hizo fue colgar a las afueras de la capital a diez cuatreros “para que vean que no ando con cuentos”.
Cuando Miguel Alemán Velasco impuso la mano firme –cero delitos, cero asaltos bancarios, cero tolerancia con el crimen organizado-. Y antes Fernando Gutiérrez Barrios, al meter al penal de Allende a Cirilo Vázquez Lagunes, tranquilizando en automático el sur.
Cuando Carlos Salinas.
Del salinato se han dicho muchas maledicencias, particularmente luego que concluyó su mandato, pero de manera indiscutible –tras meter a La Quina al frescobote, derrumbar al líder de los maestros Carlos Jonguitud, por traidor y desaforar a dos gobernadores, también por jugar contras- se colocó como uno de los presidentes más populares y queridos en su sexenio.
Que al final se le hizo bolas el engrudo tras renunciar a su Secretario de Gobernación lo cual provocó que se abrieran las compuertas de una una violencia y magnicidios irrefrenables… pues ese es otro cuento.
Y cuando en estos tiempos Javier Duarte de Ochoa decide desmarcarse.
Son hitos históricos que hay que tener presentes.
Duarte y la mano peluda
Al gobernador de Veracruz, Javier Duarte, le tocó una herencia bastante compleja.
Nada fácil lidiar cuando no se tiene un centavo en la bolsa. Nada sencillo negociar con constructores transas aliados con la alta burocracia; complicado pactar con cierta prensa prostituida y, lo peor, cuando el que se fue no se acaba de ir.
Por si ello no fuera suficiente está, no la cereza del pastel, sino el pastel mismo, cuando desde la federación le ponen a Veracruz las peras a 20 en cuanto a participaciones federales, recursos para la construcción, vía Fonden, y obra federal condicionada por fuertes tintes electoreros.
En paralelo, Duarte de 37 años, recibe una estructura de poder endeble, a un tris del desmoronamiento y con una serie de compromisos políticos equivalentes al derecho de pernada.
Pero como en política no hay mal que dure más allá de un sexenio, la génesis del duartismo se sucede por estos días y en parto de ocho meses decide nacer.
En inusitado mensaje al pueblo veracruzano el pasado miércoles Javier Duarte decide marcar fronteras y, fundamentalmente desmarcarse del pasado reciente.
Por el valor de las definiciones del más importante mensaje a la ciudadanía en lo que va de su mandato, vale la pena rescatar dos que tres definiciones que marcan el principio del fin.
Javier Duarte dijo:
“Quiero decirles a todos los veracruzanos que mi compromiso con la vigencia de la ley, es total. Por esa razón expreso que todos aquellos servidores públicos que por miedo o por interés económico estén coludidos con grupos delincuenciales, tendrán que responder a la sociedad por sus malos actos, por la traición a la confianza depositada en ellos y serán sancionados con todo el peso de la ley”.
Segunda definición:
“La delincuencia tiene raíces y apoyo en diversos sectores de la sociedad. No podemos auto engañarnos y cerrar los ojos ante la participación de otros actores quienes se escudan entre empresarios, periodistas, profesionistas y otros grupos sociales… por ello en la lucha contra el crimen, todos aquellos que cometan un delito deben asumir las consecuencias legales de sus actos”.
Y el remate:
“En Veracruz, los delincuentes, sin importar su origen ni el grupo al que pertenezcan, no encontrarán tierra fértil para realizar sus actividades ilícitas. Se les combatirá con toda la fuerza del imperio de la ley”.
Consecuentemente queda muy clarito que en Veracruz no hay ni habrá impunidad, “perseguiremos a todos los transgresores del orden, desde el delincuente más insignificante hasta el de mayor nivel”.
Así pues, la del gobernador Duarte es una postura que merece todo el respeto y apoyo por más que por ahí una encuesta patito incida, o juegue, en que el “85% de los veracruzanos” no apoya o cree en los dichos de Duarte. Seguro que el sondeo se levantó entre las dos docenas de rémoras de la Fidelidad.
Malandrines
Y es que en Veracruz en algún sentido los vicios del pasado reciente carcomieron parte de las estructuras sociales y políticas y abrieron un enorme filón de oportunidades para los malandrines que en el último lustro empezaron a permear diversas capas productivas de la sociedad organizada.
La delincuencia organizada, sí que se organizó.
Se alió como ya se ha dicho con parte de la burocracia, los empresarios y los colegas periodistas –nombres, nombres, nombres…-
Pero también dispuso de una canasta de negocios que van desde la venta de discos pirata en el merado de Plaza Museo, bajo su tutela al ciento por ciento, hasta la protección para el empresariado y gente de poder adquisitivo.
Personajes jóvenes, de buen vestir, cultos, ejecutivos con facilidad de palabra se presentan en los despachos de quienes tienen el poder económico ofreciendo paquetes de servicios que incluyen: escoltas, vigilancia en casa y oficinas día y noche, que ningún pelagatos se meta con ellos, desquites y venganzas a domicilio, esto es, si tienes por ahí algún enemigo pendiente, pues ellos –los malandrines de cuello blanco- ordenan los ajusticiamientos.
Tú no metes la mano.
Formas parte del círculo de privilegiados, una elite que por módicas sumas mensuales, trimestrales, semestrales o anuales en pagos en abonos, al contado o con tarjeta de crédito “tienes resuelto el problema de seguridad; el tuyo y el de tu familia”.
Así se mueve hoy la mafia. Sin apartarse, desde luego, de los rabiosos.
Por ocho mil pesos mensuales, las mafias contratan a chavos de menos de 18 años, los arman hasta los dientes, los drogan y los mandan a pelear con las fuerzas armadas.
Nuevas políticas públicas, sin embargo, a nivel federal están por llegar. El 2012 con el regreso del PRI a Los Pinos marcará el parteaguas.
Por lo pronto aquí, en este 2011 en Veracruz. se combate con firmeza. Sin que le tiemble la mano al que manda. Sin salirse una línea del estricto apego a la ley.
Y sin pactar… si pactas, mueres.
En estos tiempos de cambios, los jóvenes han llegado con una mente más clara sobre cómo resolver los problemas que a la antigüita funcionaban, pero a medias abriendo surcos de fractura y medio llevándola compartiendo el poder.
El esquema en Veracruz entró a partir de este miércoles en la inoperancia.
Tiempo al tiempo.
Pequeñeces:
¿Quién está atrás del petardazo a la Presidencia Municipal de Tuxpan el pasado lunes? ¿Y de los levantones; rumores insanos; acciones violentas relámpago; balaceras y agresiones a la ciudadanía? Por estos tiempos en donde la crispación social ubica al famoso crimen organizado como el responsable y culpable de todos nuestros males. Por estos tiempos en que poderes fácticos imputan a la delincuencia hasta del mal tiempo imperante para esconder sus propias rapacerías, localizados emisarios del pasado están empeñados en cobijarse en los cárteles, en los Zetas, la Familia o los Templarios, para cometer sus rapacerías y de esta forma abrir caminos de negociación que les permita acceder, de nuevo, a espacios de poder. No podemos irnos con fintas cuando es bien sabido que en ocasiones y momentos electorales hay empeños por posicionarse de manera ilegítima, a la mala. Lo último, lo de Tuxpan da que pensar. Abre la caja de pandora. Alguien busca provocar una ficticia ingobernabilidad. Pendientes porque el dinosaurio agoniza… En otro orden y para reír un poco ¿sabía usted que el rector Raúl Arias Lovillo inició una precampaña de promoción para que el primer priista lo coloque como el número uno como aspirante al Senado?... De manteles largos Guillermo Herrera, anoche casó. Enhorabuena amigo…
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