sábado, 12 de julio de 2014

Javier Duarte de Ochoa: Impreparado para gobernar




  • ¿Deuda satanizada?
  • UV y Ayuntamiento de Xalapa
Javier Duarte ahora se dedica a dar evasivas de porque no ha podido hacer un buen gobierno en Veracruz.
Y en este intento de excusas sobresalen dos frases que definen ampliamente su real y verdadero sentir de lo que ha sido su gobierno.
  1. Como dicen en mi tierra, permítanme sincerarme unos minutos
  2. Se ha “satanizado” el tema del financiamiento público
Su primera frase que llamó la atención fue dicha en una reunión con empresarios en el puerto de Veracruz y conlleva un significado altamente denotativo.
Si Javier Duarte pide ahora sincerarse, significa que antes no lo ha hecho.
Pero su “sincerarse” fue sólo el repetir los pretextos dichos antes de porque su gobierno ha sido tan desastroso.
Lo único nuevo ahí fue la frase de “me toco bailar con la más fea”.
Pero esa “fea” la conocía muy bien cuando llegó al gobierno, porque fue artífice de su creación como Secretario de Finanzas y beneficiario de la “fidelidad” que lo impulsó para llegar al cargo que ahora tiene.
Entones, no puede decir que no la conocía, si esa “fea” es tal como él la hizo.
¿O no?.
Ahí mismo dijo que le tocó encabezar un gobierno con una severa crisis económica, tanto internacional como nacional, lo que generó una desaceleración de la economía mexicana, que llegó hasta una recesión, “lo que generó una parálisis en los tres trimestres de su primer año de gobierno”.
O sea que le hecha la culpa a la crisis, como una de las causas.
Y en ese sincerarse, Javier Duarte reconoce su incapacidad para gobernar “no estábamos preparados”, dijo, ante lo que el describió como “este complejo escenario que se tenía, con grandes desastres naturales como los huracanes, el flagelo de la inseguridad como en el resto del país”.
“Además había trabas burocráticas que privilegiaban más la corrupción que la apertura de negocios, las facilidades a los empresarios para la incentivación del empleo eran nulas”, dijo.
Nuevamente, Javier Duarte fue parte más que activa en el anterior gobierno.
Y esas trabas burocráticas de las que habla no han desaparecido.
Como tampoco se ha eliminado el actuar de los criminales contra los negocios y las personas para dejarlos trabajar.
La “sinceridad” de Duarte, es real al reconocerse incapaz.
Pero las causas de su ineficacia son únicamente excusas y pretextos, no causas reales, porque si fuera un gobernador capaz hubiera eliminado cada una de estas trabas.
¿Deuda satanizada? 
Y después Javier Duarte ya no puede esconder los montos de la deuda pública bancaria: 26 líneas de crédito que alcanzan 54 mil 102 millones 549 mil 520 pesos (http://misticosyterrenales.blogspot.mx/2014/07/misticos-y-terrenales-charleston.html)
Y ahora en lugar de negarla o de tratar de esconder los montos pide que no se satanice e incluso afirma que “las economías más desarrolladas del planeta operan bajo ese ejercicio”.
Pero Veracruz está muy lejos de ser siquiera una economía en vías de desarrollo.
Como el mismo Javier Duarte se “sinceró”, el estado está más que hundido.
Y lo peor es que todavía no toca fondo porque aún le quedan más de dos años de gobierno.
Entonces ¿para qué ha servido la deuda en Veracruz?. En esa sinceridad que Duarte quiere ahora exhibir podría mostrarnos de forma detallada en que se ha utilizado la deuda pública, porque 23 de esas líneas de créditos marcan que su destino era “inversión pública productiva”
Y tiene razón en decir que la deuda “no es un tema de apreciaciones o dichos o de creencias. No es un acto de fe, es lo que es”.
Y lo que es implica que dos de las líneas de bursatilización en lugar de reducir su monto de deuda han crecido y que hay 6 líneas de crédito abiertas con Banobras de las que se esconde información sobre el manejo financiero.
Tiene razón cuando dice que cada una de las líneas de crédito fue aprobada por el Congreso del Estado, incluyendo a la actual Legislatura en la que todos–absolutamente todos- los diputados han sido omisos en su deber de fiscalizar o siquiera revisar el manejo de la deuda del estado de Veracruz.
Entonces, el asunto de la deuda en Veracruz no se ha satanizado, si no que como dijo el mismo Javier Duarte “es lo que es” y lo que es, es que su adquisición no se ha reflejado en lo más mínimo en beneficio de los veracruzanos.
Dos muestras ampliamente conocidas de cómo los recursos se regatean y se niegan: el retraso en el pago de las pensiones de los jubilados y la carencia de prestamos en el Instituto de Pensiones del Estado y la no entrega de presupuesto a la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, a la cual –por números del mismo gobierno del estado- le deben más de 40 millones de presupuesto de dos años.
El IPE vive en parálisis, la UPAV vive endeudada y el secretario de Finanzas que ya se va, pero que no se quiere ir, Fernando Charleston, lo sabe bien, porque es quien ha ordenado las retenciones de recursos para destinarlos a quién sabe qué.
De hecho, una de las secretarías del gobierno del estado que deberían de tener recursos por el alto valor electorero de sus acciones está sin ejecutar trabajo alguno: la Secretaría de Desarrollo Social.
Mejor que Duarte se sincere y que nos diga que hizo con esos 54,102 millones de pesos que adquirió de deuda.
Los terrenales esperamos la explicación, aunque como místico que es Javier Duarte nos quiera seguir dando atole con el dedo para que le creamos lo que nos dice, como un simple acto de fe...

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