Entre los “líderes” del Pacto por
México hay un acuerdo obvio y lo están cumpliendo. Los 73 diputados del
PRD que bailan al son que les toque Jesús Zambrano, votaron a favor de
la Reforma Fiscal, con el ridículo argumento de que es de “izquierda”,
en tanto los 114 panistas que obedecen las órdenes de Gustavo Madero
votaron en contra, en defensa del “libre mercado”.
Ahora, en el siguiente acto,
esgrimiendo los mismos “principios”, los zambranistas rechazarán la
Reforma Energética y los maderistas le darán su total respaldo. Así,
cada fracción parlamentaria habrá actuado como fuerza de “oposición” en
un caso y aliada del gobierno en el otro.
Todo ello en nombre de nuestra
“democracia” y por el bien de los “mexicanos”. Hasta el lunes pasado,
éste era el guión de la farsa y teóricamente nada impediría que llegara
al clímax y terminara con un final feliz... para el PRI.
De repente, sin embargo, algo se
descompuso. Bajo la cobertura del periódico Reforma, que hizo suyos los
puntos de vista de los empresarios, en el sentido de que el proyecto
económico de Peña Nieto es “populista”, aumentará la deuda externa y
detonará la inflación, un grupo de panistas de alcurnia, contrarios a
Madero y sobre todo a Calderón Narcofosa, dio a conocer que ha tejido
una alianza en el Senado con legisladores del PRD y del PT, para echar
abajo tanto la Reforma Fiscal como la Energética.
“Tenemos amarrados 73 votos [de un
total de 128]”, dijo Ernesto Ruffo, portavoz del grupo, al término de
una reunión en La Hacienda de los Morales (ese lujoso restaurante de la
familia de Gabriela Cuevas, panista leal a Santiago Creel), en la que
participaron el ex dirigente del PAN y del Yunque, Luis Felipe Bravo
Mena, otras momias de similar calaña y Josefina Vázquez Mota, quien
reveló su intención de competir por la presidencia de Acción Nacional.
Armando Ríos Piter, senador del
PRD, alfil de Marcelo Ebrard y de Miguel Ángel Mancera, confirmó por su
parte que el acuerdo con los legisladores panistas en la cámara alta va
en serio, y sumará a los representantes del Partido del Trabajo y del
Movimiento Ciudadano, sin mencionar que éstos se identifican con Andrés
Manuel López Obrador.
Curiosa coincidencia o no, los
perredistas que estarían hilando fino con los panistas contrarios a
Calderón y afines a Vázquez Mota, impulsan la candidatura de Ebrard a la
presidencia del PRD en las elecciones internas que ese partido
celebrará en marzo.
En la misma lógica, el ex senador
Carlos Navarrete, último dinosaurio que les queda a los zambranistas
para prolongar su ciclo al frente del PRD, renunció esta semana a su
cargo de secretario del Trabajo en el Gobierno del Distrito Federal,
para iniciar su campaña en pos de la presidencia de su partido.
De modo que en pleno proceso de
aprobación de las reformas que llevaron al “poder” a Peña Nieto (ese
muerto viviente que semana a semana agrava sus enfermedades orgánicas y
pierde facultades mentales a ciencia y paciencia de todo el país), ha
surgido una doble e inesperada tormenta en los partidos que sostienen el
Pacto por México: la disputa por la dirección del PAN –entre Vázquez
Mota y Margarita Zavala-- y del PRD –entre Navarrete y Ebrard.
Números, números...
Mediante el proyecto original de
nuevos impuestos diseñado por Pedro Aspe, jefe superior inmediato del
aparente secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el fisco esperaba
obtener en 2014 una recaudación de 240 mil millones de pesos (o 18 mil
500 millones de dólares).
Ésta, al fin lo sabemos, es la
cifra que el presidente vitalicio, Carlos Salinas de Gortari, calculó
que vendría a compensar las utilidades que el próximo año entregará
supuestamente Pemex a las empresas extranjeras si la Reforma energética
entra en vigor.
Tras las negociaciones entre los
dueños del país y el gobierno, mismas que se reflejaron en el debate
entre diputados del PAN calderónico y del PRD zambranista, la suma se
redujo a 184 mil millones de pesos (o 14 mil millones de dólares).
Sin embargo, con el mismo criterio
de “izquierda” con que se “opondrán” a la Reforma Energética, los
perredistas de Zambrano (junto con el PRI, el Verde farmacéutico y el
Panal del SNTE) aprobaron una nueva figura jurídica que, si el Senado la
confirma, permitirá los “contratos de riesgo” entre Pemex y las
empresas privadas, aunque no sean reformados los artículos 27 y 28 de la
Constitución.
Dicho de otro modo, el boquete por
donde empezará a manar el petróleo de todos los mexicanos hacia los
buquetantes de las petroleras texanas y europeas ya está abierto, haya o
no haya Reforma Energética.
Esos diputados de “izquierda” y con
los mismos aliados, suprimieron el régimen de Consolidación Fiscal que
permitía a Televisa ganar y ganar con el futbol y perder y perder con
las corridas de toros, para que a la hora de la hora, sumando las
ganancias y restando las pérdidas, no tuviera que pagar impuestos.
¿Genial, verdad? Sí, pero también aprobaron sustituirlo por un régimen
“Opcional para Grupos de Sociedades, con posibilidades de diferimiento
en el pago de impuestos”.
Gracias al régimen recién
“derogado”, el año pasado los empresarios dejaron de pagar 127 mil
millones de pesos de impuestos, además de los 3 mil millones que le
fueron perdonados a Televisa. Gracias al nuevo régimen “opcional”
seguirán disfrutando de los mismos beneficios.
En cambio, los clasemedieros (en
vías de extinción) que ganen 500 mil pesos al año (41 mil 600 al mes)
pagarán 30 por ciento de impuestos, o sea, 200 mil, de modo que su
ingreso real será de 25 mil pesos mensuales.
No: la Reforma Fiscal no cambiará
nada. Los más ricos entre los ricos mantendrán sus privilegios, los
menos pobres entre los pobres seguirán en la lona y el estancamiento
económico prevalecerá. ¿Quiénes taparán el hoyo que abrirá la eventual
privatización de Pemex? ¿Las mineras que en teoría pagarán 7.5 por
ciento de impuestos? ¿Los apostadores de la Bolsa? ¿Los consumidores de
Chetumal, Ciudad Juárez y Tapachula, que sufrirán un alza general de IVA
de 11 a 16 por ciento?
Salinistas (PRI) y zambranistas
(PRD) sacaron adelante una reforma fiscal inviable y, si las alianzas
entre Vázquez Mota y Ebrard prosperan en el Senado, no cambiará nada.
Tanto si deforman la Constitución para privatizar Pemex o tampoco lo
consiguen, la entrega del petróleo a extranjeros continuará por la vía
de los hechos, como la dejó Calderón.
Si Pedro Luis Aspegaray contrata
más deuda para suplir las deficiencias de su fallida reforma
“hacendaria” y aumenta el gasto público ampliando el déficit fiscal
(fijo en 1.4 por ciento desde Zedillo) se intensificará la inflación:
habrá más dinero circulando y subirán los precios de todo.
Si contrata más deuda pero conserva
el déficit en 1.4, el dinero seguirá en la panza del Banco de México y
la parálisis económica (y la violencia y el genocidio) en la calle. No,
no saldremos de esta fosa común en que llevamos más de 30 años
enterrados, si no dejamos de aplicar las medidas del FMI y empezamos a
caminar con nuestra propia brújula y nuestro propio mapa, hacia nuestro
propio destino.
Por lo pronto, si forma es fondo,
una reforma fiscal sin fondos será, bien dicen los argentinos, como un
pedo en la mano: volátil y efímera.
Yo, por si acaso, estaré en
Twitter, en @Desfiladero132, y a las 19:00 en la Cineteca, para ver
Gasland (tierra de gas), una presentación de la Alianza Mexicana Contra
el Fracking y un documental indispensable para entender es devastadora
técnica de exploración y extracción de gas de pizarra, de esquisto o de
lutita, o lo que es lo mismo, shale, que con Reforma Energética o sin
ella, se expande por nuestro país, gracias al silencio cómplice de TODOS
los medios y la indiferencia de los intelectuales mediáticos...
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