•Comandos de 20 y 40 sicarios circulando en convoyes en el sur de Veracruz podrían tratarse de gente del Chapo Guzmán
•Con cada cambio de gobierno, un nuevo grupo delincuencia arriba para buscar el control de las actividades ilícitas
•Con Alemán llegó Albino Quintero hasta la cocina; con Fidel Herrera, los Zetas; y con Duarte de Ochoa, el cártel de Jalisco; ¿Con Yunes?
•El góber azul ha acordado primeras acciones para mejorar la seguridad en las distintas regiones del estado, pero no toca el tema de los cárteles, que también violan los derechos humanos
Laura Rojas
blog.expediente.mx para El Piñero de la Cuenca
Veracruz, 6 de diciembre de 2016.-Entre sábado y domingo, seis presuntos miembros de la delincuencia fueron abatidos por personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). Se les aseguraron ocho unidades automotrices, tres de las cuales estaban fuertemente blindadas, un arsenal y otros pertrechos.
La información de líneas arriba, hace seis meses, no hubiera tenido mayor relevancia si este par de enfrentamientos no se hubieran desarrollado en un contexto que no se debe pasar por alto, como el cambio de gobierno.
Fuentes extraoficiales del gobierno federal, han hecho hincapié en que estas balaceras en Veracruz no pueden ser ignoradas ante al gran número de sicarios que participaron. En la primera, elementos de la SEDENA recibieron el reporte de la presencia de varias camionetas que tapaban un camino de terracería que comunica a la cabecera de Jesús Carranza –en la zona de influencia de Acayucan- con la zona rural de Uxpanapa, al arribar las autoridades, fueron recibidos a balazos, producto de ese enfrentamiento, hubo tres delincuentes neutralizado.
El dato relevante en reportes escritos por militares, es la presencia de más de 40 pistoleros, incluso otros hablan de 50, en varios vehículos, los cuales lograron escaparse a la zona de Uxpanapa y las brechas que dan al estado de Oaxaca.
Esto, a menos de una semana del arranque del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, quien hasta el momento no ha dejado en claro su política contra la delincuencia organizada, los grandes cárteles, que no vienen ni por Frutsis ni Pingüinos, sino por el botín real como lo es un estado cruzado por líneas de oleuductos de Pemex, rutas migratorias de centroamericanos en busca del norte, pasos naturales de droga, como son la 180 Matamoros-Puerto Juárez, y tres puertos de altura, Tuxpan, Veracruz y Coatzacoalcos.
Para el domingo por la tarde, en la misma zona, elementos de la SSP se enfrentaron de nueva cuenta con pistoleros, dando muerte a dos hombres y una sicaria. Esta vez, los reportes oficiales mencionan la presencia de al menos 17 personas que lograron darse a la fuga entre el monte para escapar de las balas dispararas por oficiales estatales y de Jesús Carranza.
Se desplegó en el sitio un operativo, pero como el del sábado por la noche, los agresores se dieron a la fuga entre el monte y la oscuridad.
Algunas de las víctimas eran originarias del norte del país, así lo indican credenciales encontradas en el sitio de los hechos. Por el volumen de pistoleros, las fuentes del ramo de seguridad dudan que se trate de una incursión de miembros del cártel de Los Zetas, del Golfo o de Jalisco Nueva Generación, las franquicias delincuenciales con presencia en Veracruz. Los Zetas han sido diezmados en la mayor parte de las plazas en el estado, su presencia en células de esta capacidad, sólo han sido notorias en el norte, donde guardan hegemonía. Como ocurrió en Alto Lucero en agosto pasado, con saldo de personas secuestradas y asesinadas, pueblos asediados y aterrorizados por un convoy con al menos 50 pistoleros.
El Cártel del Golfo, así como el de Jalisco, no han tenido presencia en el sur de Veracruz, ni se han dado recientes detenciones de operadores. Los resultados de las autoridades se han concentrado en quienes cuentan mayor presencia, Los Zetas.
Diversas fuentes consultadas, apuestan a que tratarse de la irrupción de un grupo nuevo, pero sobre todo, uno identificado con el Cártel de Sinaloa, propiedad del Chapo Guzmán y el Mayo Zambada.
Como en otras partes del país, donde se les ha combatido, pistoleros de grupos identificados con Sinaloa, buscan asentarse en las plazas que pelean desde zonas urbanas, pero también en regiones con altos niveles de marginación y rurales para tener mano de obra barata y dispuesta a la mano con facilidad, y protección.
Las fuentes, incluso, visualizan que pudo haberse tratado de movimientos relacionados con algún campo de adiestramiento de pistoleros, como ya se ha documentado que pasa en Veracruz, tanto en l zona centro del estado como en Poza Rica. Por lo menos en sus primeros encuentros con la autoridad resultaron apabullados pues las fuerzas federales no presentaron bajas.
La región donde se generó la violencia de las últimas horas en el sur de Veracruz, es paso clave de para ladrones de ductos de combustible a Petróleos Mexicanos, tráfico de drogas como la marihuana cultivada en Oaxaca y para el comercio entre poblados retos del sur del estado
La región es aparentemente tranquila y cuenta con una amplia variedad de actividades derivadas de la agricultura y ganadería.
EL CHAPO SOBRE VERACRUZ
Tres han sido las ocasiones en las cuales el Chapo Guzmán ha intentado meterse a Veracruz, la primera, en 2007, siendo Fidel Herrera Beltrán gobernador de Veracruz, con el cártel de Los Zetas apropiados de cada municipio, carreteras, puertos, vías del tren y puestos de venta de piratería.
En marzo de 2007, en el poblado de Villarín, Veracruz, se jugaron unas carreras, 30 millones de pesos era la bolsa de la apuesta entre el Cuadritos, El Alexander y el Salmón, tres caballos finos, El Alexander, propiedad de Efraín Teodoro Torres, el Zeta 14, quien perdió la vida ese día atacado, se dijo en reportes oficiales, por una célula de pistoleros del Chapo Guzmán. Iniciaba la guerra con esa competencia de equinos, fecha fatídica para Fidel Herrera Beltrán, pues se descubrió por primera vez que en suelo veracruzano, capos, empresarios, ganaderos, políticos y hasta periodistas, departían sin hostilidades.
En 2019, una célula de sicarios originarios de Sinaloa, autodenominados Gente Nueva, con apoyo de elementos de la extinta Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI), despertaron el terror en la zona conurbada Veracruz Boca del Río al levantar presuntos operadores de Los Zetas a quienes video grababan y luego daban muerte. Diversas grabaciones pararon en noticieros como Hechos y Milenio, de la Ciudad de México y en los cuales se dio cuenta de nombres, hechos, fechas, empresas, tramas, de la operación del narco y la configuración de un narcoestado; el fraccionamiento Costa Verde y Jardines de Mocambo en Boca del Río, ahora feudo de Los Yunes, lugar predilecto escogido para arrojar cuerpos encintados y embolsados.
Con el narcopacto que incluso reconocieron en el gobierno federal, en ese entonces encabezado por Felipe Calderón, se dio un pacto entre las principales cabezas del narcotráfico, Los Beltrán Leiva, Sinaloa, Juárez, Zetas, Golfo, que acordaron bajar la violencia ante el incremento del envío de fuerzas federales a combatirlos en ciudades y montes; entre lo acordado por el Narcopacto, documentó el periodista Ricardo Ravelo Galo, especialista en el tema, se centró el finiquitar al grupo Gente Nueva con el cual el Chapo Guzmán amenazó en meterse a Veracruz. Algunos aparecieron muertos y otros terminaron fuera del estado.
VERACRUZ, EL BOTÍN
No hay rama o delito de los delitos castigados por el código de Procedimientos Penales que no haya sido sancionado en Veracruz. Es uno de los estados con el mayor número de cruces de ductos de Pemex, siendo un botín apetitoso para las bandas de ladrones de gasolina e hidrocarburos.
Tan sólo en enero del 2016, el secuestro y asesinato de chicos de Playa Vicente en Tierra Blanca, dio pie a conocer la existencia de numerosos laboratorios y centros de extracción y almacenamiento de hidrocarburos operados por el Cártel de Jalisco Nueva Generación, detectados por la Gendarmería Nacional cuando se buscaba a los jóvenes que, se supo, murieron a manos de pistoleros vinculados al CJNG, organización con control en Tierra Blanca, Tlalixcoyan, La Antigua, Veracruz, Medellín y Boca del Río, una de las regiones con mayor circulación de efectivo y punto neurálgico para la política en estos momento, ya que Boca del Río ya es la segunda capital del estado, al ser el principal bastión de la yunicidad.
En la actualidad, indican datos del Secretariado Ejecutivo para el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), la entidad ocupa el segundo lugar en secuestros, siendo una actividad rentable para las mafias y grupos independientes. En Coatzacoalcos, en octubre del 2016, en el ejido Guillermo Prieto, murió asesinado Julio Cesar Rodríguez Briones, alias “Caballero” o “Moto”, en el cártel dejado por sus verdugos junto a su cadáver, se le acusaba de ser el responsable de docenas de secuestros en municipios sureños, siendo literalmente el terror de porteños, causante de la migración de empresarios y el cierre de negocios. A su muerte, se hablaba de una fortuna acumulada con sus socios y prestanombres que después resultó motivo de otros ajustes.
El sicariato, como nunca, una industria boyante, pues en la actualidad, se está a unos puntos de superar las 900 ejecuciones en 2016; por si fuera poco, otro foco de atención es la existencia de dos rutas fuertes de paso de migrantes centroamericanos, la que va al centro del país, desde Coatzacoalcos a Córdoba, y la de la del Golfo, desde Coatzacoalcos, hasta Pánuco, para llegar a Tamaulipas, la más peligrosa, quizá, del país.
NUEVO GOBIERNO, NUEVO CÁRTEL
Hasta sexenio compartido entre Fernando Gutiérrez Barrios y Dante Delgado (1986-1992), los caciques regionales dominaban el espectro delincuencial en el estado, pero Gutiérrez Barrios los acabó, con operativos policiacos o a la cárcel, como pasó con Cirio Vázquez, con el control de la región sur, al grado de que ponía y quitaba alcaldes.
Con Patricio Chirinos Calero (1992-1998), las actividades de narcotráfico, se centraron en el nacimiento de cárteles como el de Chachalacas, el reinado de Marcelo Arroniz Serrano, desde Playa Vicente hasta Úrsulo Galván.
Con Miguel Alemán (1998-2004), Albino Quitero, Betote, operador del cártel de Juárez y del Golfo, al mismo tiempo; algo inédito. Descubrió toda una red de complicidades que llegó a altos niveles en la SSP, la cual terminó con la detención de Rafael Palomba Márquez, poderoso delegado de la policía, acusado de proteger a narcotraficantes con Alemán.
Con Fidel Herrera Beltrán (2004-2010), el Cártel del Golfo se reparte el territorio con Los Zetas, el nuevo cártel fundado por desertores capacitados en insurgencia durante el gobierno de Ernesto Zedillo; a Los Zetas le quedan cabeceras municipales de importancia e inicia una de las etapas más oscuras en Veracruz, cobro de piso, extorsión, secuestro, sicariato, narcopolítica y constantes violaciones a derechos humanos.
A la partida de Herrera Beltrán y la llegada de Javier Duarte de Ochoa (2010-2016) arriban a Veracruz hombres de Jalisco y delincuentes desplazados seis años atrás por Los Zetas y que habían emigrado al bajío, y que regresan con la protección de la nueva empresa criminal y de El Chapo, con todo, a cazar Zetas; se perdió el conteo de las matanzas, pero la más representativa, la de Plaza Américas, en 2011, escuela de terror, y con la que los jaliscienses se apropiaron de la conurbación; inicia el drama de las madres con hijos desaparecidos y el hallazgo de narcofosas colectivas. Se genera u efecto “cucaracha” a baja escala, con el que Los Zetas desplazados de Veracruz se van a instaurar “plazas” en municipios del sur, norte y zona centro; en Veracruz-Boca del Río, Jalisco presenta una escisión que da parte a Jarochos Unidos.
Para el bienio de Yunes Linares (2016-2018), el reacomodo de los cárteles no se ha manifestado. La violencia se ha mantenido al nivel de la pasada administración. En esta primera semana, el gobernador de Soledad de Doblado ha sostenido dos reuniones con altos mandos de la Marina y del Ejercito Mexicano de las cuales, al comentarlas ante la prensa, ha adelantado, de su estrategia, reuniones regionales para analizar la problemática de inseguridad por cada zona, así como la de respetar y seguir los acuerdos dejados por la anterior administración.
“Hemos hecho análisis de la situación de seguridad, hemos tomado acuerdos importantes para reforzar la seguridad en Veracruz, para definir algunos programas en unas zonas concretar y acuerdos también que tienen que ver con problemas específicos que afectan la población con problemas de la delincuencia, que es compromiso de Peña Nieto y del gobierno de un servidor”, dijo en su comparecencia ante reporteros el pasado domingo, pero cuando en campaña se le preguntaba sobre su postura sobre la lucha contra los cárteles, no ha contestado de manera contundente o expone evasivas al dejar la responsabilidad en la Federación; por lo menos se ha mostrado propositivo a regresar las policías intermunicipales, desaparecidas por Javier Duarte de Ochoa ante porque sus elementos y mandos, en alto número, se encontraban vinculados a los Zetas, acción que directamente benefició a enemigos del cártel creado por soldados de élite.