MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Acérrimo crítico de la violencia hacia sus colegas, Rubén Espinosa Becerril nació en 1983 en la Ciudad de México. Era fotógrafo y periodista autodidacta que laboraba en la Agencia AVC Noticias, y como corresponsal de la revista Proceso y Cuartoscuro en Veracruz.
Hace ocho años se mudó a Xalapa, Veracruz, donde llegó a trabajar a El Golfo Info y en 2009 fue contratado como fotógrafo de Javier Duarte cuando era candidato a gobernador. Posteriormente trabajó como fotógrafo de quien fuera la alcaldesa de Xalapa, la también priista Elizabeth Morales.
Dejó de laborar en el sector público por sus posturas críticas contra la violencia hacia los periodistas en el estado. Como fotógrafo de agencia le tocaba cubrir la actualidad diaria. Y como corresponsal de Proceso y Cuartoscuro se especializó en movimientos sociales. Estaba totalmente involucrado en el movimiento que denunciaba los crímenes contra periodistas en el estado.
En el aniversario de la Revolución, en noviembre de 2012, mientras cubría las protestas estudiantiles contra el gobernador Javier Duarte por el asesinato de la corresponsal de la revista Proceso en Veracruz, se le impidió tomar fotos de cómo la policía golpeaba a unos estudiantes. En ese momento una persona de ayudantía del Gobierno del Estado le sujetó y le dijo: “Deja de tomar fotos si no quieres terminar como Regina”.
Desde los primeros asesinatos a compañeros, Rubén participó activamente en las movilizaciones y protestas de periodistas para exigir justicia por sus compañeros y parar las agresiones.
El 14 de septiembre de 2013, mientras documentaba el violento desalojo a un plantón de maestros y alumnos de la Universidad Veracruzana instalado en la Plaza Lerdo de la ciudad de Xalapa, él y otros reporteros fueron agredidos por las fuerzas de seguridad del estado que les decomisaron sus equipos de trabajo y les hicieron borrar sus fotos. Por esos hechos presentó una denuncia contra la fuerza pública y comenzó a ser hostigado.
En octubre, viajó al DF a pedir ayuda para él y para el gremio de organizaciones internacionales y colegas fotógrafos. Tras haber escuchado su testimonio, el colectivo FotorreporterosMx realizó una protesta en la que participaron decenas de fotógrafos con ojos vendados afuera de la casa de la representación de Veracruz en la Ciudad de México exigiendo garantías de trabajo para los fotógrafos locales.
Se había convertido en un fotógrafo incómodo para el gobierno. De su autoría fue la foto del gobernador Javier Duarte aparecida en la portada de la edición 1946 (del 15 de febrero de 2014) que molestó al gobernador. En Veracruz se registró una compra masiva de ejemplares por parte del gobierno.
http://hemeroteca.proceso.com.mx/?page_id=365057
En los últimos tiempos no le dejaban entrar siquiera a los eventos institucionales. Sin embargo, siguió movilizándose contra la impunidad y todavía participó en el cambio simbólico de nombre de Plaza Lerdo a Regina Martínez. Él fue uno de los reporteros que encabezó este año la colocación de la placa con el nombre de la periodista asesinada.
En junio pasado, en vísperas de las elecciones, documentó la agresión sufrida por ocho estudiantes que fueron fuertemente golpeados por encapuchados que presuntamente trabajaban en la Secretaría de Seguridad Pública. Desde entonces comenzó a notar que personas armadas lo seguían y lo fotografiaban.
El 9 de junio de este año decidió abandonar Veracruz e instalarse en el DF porque ya no aguantaba más la presión. Estaba aterrorizado, presentaba síntomas de estrés postraumático. Comenzó a denunciar cómo la prensa crítica es silenciada y que era víctima de amenazas que provenían de parte del gobierno de Veracruz.
http://www.sinembargo.mx/01-07-2015/1398019
http://rompeviento.tv/RompevientoTv/?p=2003
Por desconfianza hacia las autoridades, y especialmente a la PGR, decidió no presentar denuncia ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) de la PGR. En una entrevista otorgada a Periodistas de a Pie en Rompeviento TV, dijo que estaba “en pláticas” con el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas pero se desconoce qué respuesta le dieron.
Rubén fue asesinado en la Narvarte, una colonia de clase media de la Ciudad de México, junto a otras cuatro jóvenes.
Con Rubén son 13 los periodistas asesinados y tres los desaparecidos en Veracruz desde el gobierno de Javier Duarte. Lo asesinaron en las narices de las organizaciones donde denunció las amenazas de las que era víctima y lo más grave, de la sede de las instancias gubernamentales que deberían de haberlo protegido.
Con este crimen el DF dejó de ser un refugio para periodistas desplazados.
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